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La falta de apetito en los niños puede manifestarse en cualquier momento, sobre todo en pequeños de entre dos y seis años. Mientras los niños no quieren comer, sus padres se preocupan porque saben que una alimentación equilibrada es la clave para su desarrollo adecuado. Sin embargo, una disminución temporal del apetito no tiene porque alarmarte si tienes hijos sanos, pues en la mayoría de los casos, el problema se rectifica rápidamente.
Causas de la falta de apetito en los niños
La nutricionista especializada en alimentación infantil, Frankie Phillips, explicó a la BBC que a partir del año de vida los niños suelen presentarse al final del primer año de vida cuando los bebés empiezan a «convertirse» en niños pequeños. Ellos tienden a ser más cautelosos con los nuevos alimentos y hasta rechazarlos por no haberlos probado antes (neofobia).
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El apetito fluctúa diariamente y niños sanos pueden pasar por períodos en los que no tienen apetito. La falta de apetito en los niños rara vez tiene un origen médico. Por lo que puede que tus hijos no quieran comer porque simplemente no tienen hambre en ese momento.
De cualquier manera, sí que debes estar atento a señales de enfermedad tales como reflujo ácido, estreñimiento porque los problemas de tiroides y la anemia ferropénica pueden causar pérdida de apetito. También fíjate si le estás dando medicinas, pues este puede ser un efecto secundario de algún medicamento. Ya que si tus hijos están resfriados, con tos y dolor de garganta puede que pasen un par de día sin mucha hambre.
Otros motivos de su falta de apetito pueden incluir los cambios en sus niveles de actividad e incluso los brotes de crecimiento. Esto último sucede porque cuando crecimiento de su niño se ralentiza, lo que les pasa a los niños de más edad, varían sus necesidades nutricionales y por ello la cantidad de hambre que sienten.
El porqué la mesa se convierte en un campo de batalla
A medida que los niños empiezan a expresar sus gustos y disgustos, las comidas pueden convertirse en un área de conflicto. El desarrollo de preferencias resulta saludable, pues responde a los primeros rasgos de independencia de los niños. Lo que sí es que tienes dejarles claro que la mesa no es una batalla. Trata de buscar maneras de conciliar la hora de comer, por ejemplo haciendo los alimentos más divertidos:
La pérdida de apetito también podría ser simplemente una respuesta a comer demasiados snacks entre comidas o beber grandes cantidades de leche o jugo en ese periodo. Fíjate si esta es la causa de su falta de hambre y recorta los sancks a unos pocos al día y dales solo agua entre comidas.
La mayoría de los casos de la pérdida de apetito se deberían resolver en una o dos semanas. Si ésta resulta en un periodo prolongado consigue un suplemento vitamínico y consulta a tu médico de cabecera.
¿Qué creías que causaba la falta de apetito en los niños?
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