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¿Te gustaría colaborar con la investigación científica y participar en un estudio sobre sexo y la felicidad en pareja? Suena genial, aunque daría la impresión de que la conclusión es obvia: que más sexo hace feliz a una pareja. Sin embargo, los investigadores de la Universidad Carnegie Mellon se nos adelantaron y han hallado que no necesariamente tener más sexo sea el camino hacia la felicidad en una relación. Así es, en el amor, la piel no lo es todo.
El estudio incluyó a 128 individuos saludables (64 parejas casadas) entre 35 a 65 años de edad. Se asignó aleatoriamente a las parejas a uno de dos grupos. El primer grupo no recibió ninguna instrucción sobre la frecuencia sexual. Al segundo grupo se le pidió duplicar su frecuencia semanal de las relaciones sexuales durante tres meses. Todos los días durante dicho período experimental, los participantes respondieron a preguntas en línea para medir los comportamientos de salud, los niveles de felicidad y más detalles sobre su satisfacción sexual.
Primero soy feliz, luego sexo
Uno de las relaciones que se quería analizar era conexión causal entre la frecuencia sexual y la felicidad. Según el estudio, tener sexo no determinó la felicidad de la pareja, más bien el aumento de frecuencia condujo a una disminución en el deseo y disfrute del mismo. Se determinó que hay una relación inversa, que tener más sexo era una consecuencia de sentirse felices y saludables.
Tener que hacerlo no es lo mismo que desearlo
Los investigadores encontraron que las parejas instruidas para tener más sexo reportaron menor deseo sexual y una disminución en el disfrute sexual. Y no tanto por el hecho de tener sexo, sino porque se les haya pedido hacerlo, ya que lo sintieron como una tarea, en lugar de iniciar por su cuenta.
“El deseo de tener relaciones sexuales disminuye mucho más rápidamente que el disfrute del sexo una vez que se ha iniciado. En lugar de centrarse en el aumento de la frecuencia sexual a los niveles que experimentaron al principio de una relación, las parejas pueden querer trabajar en la creación de un entorno que encienda su deseo y haga que el sexo que tengan sea aún más divertido”, explica Tamar Krishnamurti, científico de investigación en el Departamento de Ingeniería y política pública de la CMU.
A pesar de los resultados, George Loewenstein, investigador principal del estudio, sigue considerando que la mayoría de las parejas tienen relaciones sexuales muy poco por su propio bien, y piensa que el aumento de la frecuencia sexual de la manera correcta puede ser beneficioso.
¿Consideras que un estudio sobre sexo te sirve para mejorar la vida en pareja?
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