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Colaboración de: Mario Xavier Larrea
Ya habíamos comentado en un artículo anterior sobre las maravillas audiovisuales a las que nos tiene acostumbrados Netflix. Aunque aún no superemos el impacto de Stranger Things y queramos verla una y otra vez para transportarnos a los 80, o continuemos a la expectativa de saber qué nuevo desastre ocurrirá en la cárcel de mujeres más famosa del mundo en ‘Orange Is The New Black’, vale también recomendar otra propuesta para verse en los ratos libres, con calma y paciencia; para analizar, apreciar, elogiar o criticar.
Sin ánimos de spoilear, brevemente resumo lo esencial de Sense8, una serie protagonizada por ocho personajes, muy distintos en personalidad, cultura y hábitos, pero que sorprendentemente poseen una conexión mental entre sí y por qué no decirlo también, afectiva y espiritual. Will, un policía en Chicago traumado por un asesinato en su infancia; Nomi una hacker y activista transexual en San Francisco; Lito, un exitoso actor en México, que oculta su homosexualidad a los medios de su país; Wolfgang, un delincuente en Berlín con múltiples líos en el crimen organizado; Riley, una DJ islandesa que vive en Londres, donde se refugia en la droga para olvidar su pasado; Sun, una ejecutiva y boxeadora en Seúl; Kala, una química farmacéutica en Mumbai, comprometida con un hombre al que no ama y Capheus, un conductor de autobús en Nairobi, fanático de Jean Claude Van Damme y quien hará cualquier cosa para conseguir dinero para su madre enferma.
Sus vidas cambian cuando empiezan a ser misteriosamente perseguidos por unos hombres que desean llevárselos aparentemente para propósitos científicos (o quién sabe para qué más), por lo que deberán huir o enfrentarse. En aquellas situaciones de riesgo se transportan a ciudades diferentes para hacer uso de sus habilidades o emociones, que casi siempre resultan bastante beneficiosas, cuando requieren ayudarse entre sí. Las explicaciones a estos fenómenos sensoriales son prácticamente nulas, salvo por un sujeto que aparentemente estaría del “lado del bien” y que en ocasiones parece ser el protector de los ocho “sensates”, guiándolos y orientándolos a vivir con una condición diferente.
Aquí van las diez razones por las que tienen que empezar a ver Sense8. Para diciembre se tiene previsto el estreno de un episodio especial por Navidad y a inicios de 2017 vería la luz por completo la segunda temporada, así que aún hay tiempo:
10. Ciencia ficción que no empalaga
No veremos personajes en escobas voladoras, viajando en el tiempo o monstruos que desean dominar el mundo, pero Sense8 logra cautivar a la audiencia porque permite cuestionar aquellos misterios de la mente humana y cuestionarnos si existirán verdaderamente nuestras “almas gemelas” en otros rincones del mundo.
9. Uno por capítulo
La primera temporada consta de doce capítulos, pero si se fijan con atención, cada uno está enfocado en uno solo de los personajes, quien deberá lidiar con sus ángeles y demonios personales. Por ello, la serie posee una secuencia agradable y no cansa ni luce recargada. Esto no quiere decir que el resto de los ‘sensates’ no aparecen en todos los episodios, pero sí poseen más participación en ciertas historias que en otras.
8. Los escenarios
No siempre hay tiempo y dinero para recorrer el mundo, así que la ficción nos permite viajar desde nuestro espacio. Sense8 se grabó entre Londres, Reykjavik, México, Chicago, San Francisco, Berlín, Nairobi y Seúl, así que es un carnaval de culturas, colores, vestimenta, situaciones y paisajes.
7. El lado humano
Aunque es una serie de ficción, Sense8 presenta temáticas sociales reales. La identidad de género, la sexualidad y discriminación, la drogadicción, la depresión, la pobreza extrema, los amores no correspondidos y la delincuencia organizada son varios de los conflictos ampliamente abordados en la primera temporada.
6. Los directores
Esto es un aspecto un poco más técnico, pero cuando vean los créditos iniciales y finales seguramente se encontrarán con una leyenda que dice “Created by The Wachowskis”.
Se refiere a Lilly y Lana Wachowski, dos cineastas estadounidenses que alcanzaron la fama por ser las creadoras y directoras de la trilogía Matrix y de otros filmes como Speed Racer (Meteoro), El Atlas de las Nubes y Jupiter Ascending. Si son de aquellos a los que les gusta analizar todo, probablemente encontrarán múltiples referencias a estas películas en varias escenas de la serie.
También hay que mencionar que Lilly (Andy) y Lana (Lawrence) son mujeres transexuales. Está de más suponer que aquellas experiencias personales inspiraron la creación de una de las protagonistas de la serie.
5. Los actores
El reparto sorprende al máximo, pues Sense8 no es un desfile de celebridades consagradas. Los ocho protagonistas son actores jóvenes, de diferentes nacionalidades y muchos prácticamente desconocidos… hasta ahora.
4. Acción y compañerismo
Si bien es cierto hay situaciones irrealizables, pero qué no se puede hacer cuando uno tiene ayuda, y más aún multiplicada por ocho. Ante un sinnúmero de riesgos, los protagonistas explotarán sus habilidades al máximo para ayudarse, ya que después de todo hay un afecto entre todos que no puede explicarse con palabras.
Si te gustan las artes marciales y las persecuciones en automóvil, hay que ver Sense8.
3. Nada predecible
Sense8 “engancha” y a su vez desespera. Quizá a muchos podría parecerles lenta, pero es todo lo contrario. Es una serie para ver relajados y sin buscar significados ocultos o tratar de adelantarnos en el proceso. La introducción es larga, eso sí, pero nada simple y sin factor sorpresa. Las vivencias que atraviesan los personajes conforme avanza la historia, lograrán dejarlos sin aliento.
2. Comedia, nudismo y buena música
Aunque la ficción, el drama y la acción son los tres géneros que priman en la serie, reirás y mucho, pues también se presentan varias situaciones embarazosas y vergonzosas. En cuanto a ver cuerpos desnudos, hay que advertir que la serie es algo explícita, así que hay que dejar los prejuicios a un lado.
También disfrutarás con buena música en las escenas correctas y momentos en los que querrás cantar a todo pulmón, como aquí:
1. Mucho, pero mucho… amor
Toda buena historia se conforma de dos elementos: Amor y muerte. En este caso es el amor. La conexión emocional entre los personajes es lo más destacado de la serie, por lo que a larga distancia se desarrollan fortísimos sentimientos que enternecerán hasta a los más duros corazones.
El amor y las relaciones de pareja son parte de la vida, así que no hay más que decir.