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El matrimonio infantil viola los derechos humanos de los menores de edad involucrados, pero en muchos países esta práctica es defendida como parte de la cultura. Así aunque haya leyes que prohíban la práctica, muchos las ignoran. Aunque este problema social que involucra a niños y niñas, se considera que afecta a las niñas de manera más desproporcionada.
El matrimonio infantil afecta hasta la economía de los países
La web del Fondo Económico Mundial cuenta una de las 15 millones de historias de esposas-niñas que se producen cada año, según datos de Unicef: la de Rekha. Ella recuerda que se casó a los 13 años en Bangladesh. “Justo después de mi primera menstruación”, dice. Un año más tarde, tuvo su primer hijo. Todo esto a pesar de que la edad legal para casarse en ese país es de 18 años para las mujeres y 21 para los varones.
En el sur de Asia, casi una de cada dos niñas se casarán antes de cumplir los 18 años, y una de cada seis antes de los 15, si la tendencia actual continúa. Por eso, la historia de Rekha está lejos de ser inusual. Las tazas de matrimonio infantil han disminuido en países como Bangladesh, India y Nepal, pero continúan siendo demasiado altas. En estos países la cantidad de niños-esposos es menor, pero existe. Estos niños se casan con niñas más jóvenes que ellos.
El matrimonio infantil no solo viola los derechos proclamados en la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 sino que se convierte en una amenaza para la vida de los niños y niñas involucrados. Según datos del reporte del Estado Mundial de la Infancia del 2009 de Unicef, las niñas que se casan temprano abandonan a menudo la educación oficial y quedan embarazadas. Los embarazos tempranos exponen a las niñas a complicaciones en el embarazo y el parto. Estos dos factores son un componente importante de la mortalidad de las niñas de 15 a 19 años en todo el mundo, lo que representa 70.000 muertes cada año.
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Las mujeres que se casan durante la adolescencia y la infancia tienen más probabilidades de experimentar violencia, incluida la sexual, que aquellas que se casan después de cumplir 18 años. También son más susceptibles a padecer de enfermedades de transmisión sexual y VIH.
El abandono de escolaridad limita las oportunidades de los menores en un matrimonio infantil. Incluyendo sus perspectivas de trabajo, y esto tiene efectos a largo plazo sobre sus familias.
La revista digital Aljazeera America recoge el testimonio de Khlan, un joven de 16 años en Cambodia, que contrajo matrimonio con Loch de 15 años. Abandonó la escuela para ir a trabajar en los campos de arroz con sus suegros. Un año después de casarse, comienza a sentir la presión de las largas jornadas en el campo.
Por su parte, un reciente estudio muestra que los niños nacidos de madres de 19 años o menos tienen un riesgo del 20-30% más alto de tener bajo peso al nacer y de parto prematuro. Esto en comparación con los niños nacidos de madres de 20-24 años. Además, presentan un aumento del 30-40% de riesgo de retraso del crecimiento y no de no completar la educación secundaria.
El costo del matrimonio infantil
Las consecuencias económicas del matrimonio infantil son variadas y tienen cifras asombrosas. En Nepal, por ejemplo, si se considera esta práctica únicamente desde la perspectiva del mercado laboral, el costo se estima en casi 75.000 millones de rupias nepalíes (unos $700 millones). Esto representó el 3,87% del PIB del país en 2014.
Un estudio del Banco Mundial y de la Cruz Roja en los costes globales del matrimonio infantil está actualmente en curso, cuyos resultados que se publicarán el próximo año.
Las relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres, solo crece con estas prácticas. Las mujeres ven sus derechos y oportunidades restringidas.
¿Conoces más efectos causados por el matrimonio infantil?
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Foto principal: Unicef
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