Las simpáticas vaquitas marinas están en riesgo de extinción. Se calcula que solo existen 30 ejemplares de este mamífero acuático que vive en aguas mexicanas. Si bien la cifra oficial sigue en 60, su destino pareciera ser irreversible, pero ha surgido una esperanza. Y es un caso en el cual un animal sale en rescate de otro. Con delfines adiestrados para localización de las vaquitas marinas y la creación de un espacio delimitado a modo de santuario de animales, las autoridades buscan protegerlas de las amenazas y salvarlas.
El número de 30 sale del reciente reporte del Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita Marina (CIRVA), la población habría declinado en un 90 % en los últimos 5 años. De 2015 a noviembre de 2016, la cifra pasó de 60 a 30 animales, según ese informe.
Las redes de pesca son la principal causa de muerte de la vaquita marina. En especial aquellas redes que se usa para pescar la totoaba, un pez cuya vejiga natatoria se vende en el mercado negro a miles de dólares el kilo. Es que en Asia, especialmente, creen que los rejuvenece e incluso es afrodisíaca. De allí que, por ejemplo entre 1985 y 1992, se registraron 128 vaquitas enmalladas en artes de pesca.
Este plan está lleno de obstáculos, pues toca primero localizar las vaquitas, capturarlas y después tenerlas en confinamiento. La medida sería temporal, hasta que se soluciones el problema de las redes de pesca que tanto las está afectando.El santuario se localizaría e n el Alto Golfo de California al noroeste de México.
Según, Lorenzo Rojas, coordinador de Investigación y Conservación de Mamíferos Marinos del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, hay tres métodos para hallarlas y capturarlas:
Mediante avistamiento desde un barco y con binoculares.
Con programas de localización acústica.
Con delfines adiestrados por la Marina de Estados Unidos, explicó Rojas.
Se espera que los delfines, entrenados desde hace décadas puedan identificar los gemidos que hacen las vaquitas marinas y de guiar a los científicos, quienes reconocen que enviarlas a cautiverio será inédito y no sabe como reaccionará.
El plan de ayuda pareciera salir tarde para las vaquitas marinas, pero más vale tarde que nunca. Así parece ser la historia de la humanidad y su cuidado ambiental.
¡Esperemos que todo salga bien con las vaquitas marinas!
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