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No es broma. se llama Bieryoga, o beeryoga, y combina la filosofía de los ejercicios de yoga, con la dicha de beberse una cervecita. A lo mejor alguna vez viste ese video donde una animación se mueve al ritmo de yoga mientras bebe una botella de vino con mucha acrobacia y elasticidad. Y estamos seguro de que si lo publicaste en alguna red social, algunos de tus amigos dijo: «así sí practico yoga», y otra dijo: «yo me apunto». Claro, ellos pensaron que eso es imposible.
Pues cuidado con lo que deseas, porque el Bieryoga salió de Berlín (Alemania), se ha asentado en Australia y empieza a difundirse como el nuevo ejercicio de moda. Si te gusta la bebida, no tienes excusa. ¿Llegó el Bieryoga para quedarse?
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La clase inicia con la clásica posición de loto, todos cierran los ojos y empiezan a conectarse con la temperatura, olor y sabor de la botella de cerveza. Después sigue otras posturas sosteniendo la botella de cerveza. Así, Bieryoga hace realidad aquella fantasía de hacer ejercicio sin dejar la cerveza. El mejor lugar para practicarlo es en bares, festivales o al aire libre.
Realmente más que beber cerveza el tema principal es como alcanzar el equilibrio con este elemento añadido con el cual se juega y sostiene cada persona. Para practicarlo no hay mayores requisitos: hay que tener más de 16 años y es mejor si ya se tiene cierto conocimiento de yoga, pues la botella en la práctica añade una dificultad. La escuela Bieryoga pone en su página web cuándo y dónde son los horarios de clases: los próximos los tenemos en Melbourne en últimos días de enero y febrero.
El Beer Yoga es divertido, pero no es una broma; tomamos la filosofía del yoga y la emparejamos con el placer de beber cerveza para alcanzar su nivel más alto de conciencia.
– Emily, instructora de Bieryoga.
La idea nació de la yogi llamada Jhula, luego de que asistió a la Quema del Hombre (Burning Man), aquel festival masivo que se realiza en Nevada (EEUU), donde prácticamente se construye una ciudad en 7 días, donde todo se comparte con los asistentes, no hay patrocinadores ni auspiciantes, y de la cual no queda vestigios una vez acabada la quema de una escultura gigante. Bueno, suena lógico ahora que la idea del Bieryoga, al saber dónde se inspiró.
¡Bueno, ahora sí, a beberse una buena cerveza, con Bieryoga!
Fotos: Bieryoga
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