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La discusión sobre qué tan riesgoso es que los jóvenes se aficionen a tal punto de tener una adicción a los videojuegos no es nueva. Desde la popularización de las salas de videojuego en los 80´s hasta los formatos portátiles de consolas para jugar con gráficos de gran calidad y una interfaz veloz, la pregunta ha estado allí. Hoy ya no solo es cosa de niños pues aquellos jóvenes de entonces crecieron, trabajan y también ocupan sus ratos libres -y a veces más- absortos en un videojuegos. Algunos comparten su afición con sus hijos, lo cual suena positivo.
¿Entonces cuáles son las consecuencias de jugar videojuegos? El sentido común nos dice que tomar una adicción por ellos no nos vendrá bien, pero hablemos con certezas, qué pasa si se juega mucho.
Es cierto que las consolas pueden convertirse en una forma de entrenamiento para la mente, pero su uso excesivo puede conducir a graves problemas de salud que son fáciles de prevenir.
Doctora Concepción Ruipérez Cebrián, pediatra del Hospital Quirón de Torrevieja, España
Beneficios de jugar videojuegos
Primero las buenas noticias. Los niños pueden agudizar su sentido de deducción, se estimula la lógica, la visión de los detalles y mejoran los actos reflejos.
https://youtu.be/x9fi0tukdcw
Como está bastante popularizada la función de jugar en línea y en equipo, los niños podrían mejorar su capacidad de participar en decisiones en conjunto, enfrentarse a retos y tomar decisiones vitales en el contexto del juego, sin que haya un riesgo real.
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¿Cuáles son los riesgos de las adicciones a los juegos?
El mismo hecho de las adicciones a los juegos ya es un riesgo, pues las personas pueden quedarse inmersos es una especie de realidad paralela que puede interferir, a veces de manera seria, con sus actividades cotidianas. A su vez, termina siendo una excusa para el sedentarismo, pues se obtienen emociones cercanas a las de una actividad deportiva, solo que sin hacer mayores actividad física.
Ese es uno de los caminos hacia la obesidad infantil. No solo por estar clavado frente a tu pantalla sino porque si te da hambre lo más probable es que recurras a comida chatarra para no dejar abandonada la misión del juego y calmar tu ansiedad constantemente.
La ansiedad que generan los juegos traen otro riesgo consigo y es el de de sufrir enfermedades de corazón como los altos niveles de colesterol o la hipertensión.
Por supuesto, están los problemas de insomnio, ojos irritados y con poca lubricación de los globos oculares, alteraciones del sueño, lo cual degenera en irritabilidad e ira, que el videoadicto busca resolver jugando más, fortaleciendo así un círculo vicioso.
Entonces viene la parte en que rendimiento escolar o laboral se vuelve malo e incluso se pierden habilidades emocionales para relacionarte con tus seres cercanos. Te acostumbras demasiado a resolver a tecleo de combos y botones que te olvidas que la vida no es así, aunque fantasees con ello.
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La Asociación Española de Pediatría recomienda menos de dos horas de videojuegos al día y nunca antes de ir a dormir.
– Dra. Ruipérez Cebrián
Otras dolencias físicas relacionadas con el juego constante es el llamado pulgar de “Playstation”, que ocurre por un exceso de juego mediante controlador d-pad. Se siente un entumecimiento del pulgar y se generan ampollas, que luego pueden degenerar en «hidradenitis palmar» que es tal como feo que suena, lesiones dolorosas en las palmas y dedos de las manos.
Por supuesto otras marcas y consolas también aportan lo suyo a los achaques por adicción a los videojuegos. Tenemos lesiones en el tendón de las manos y muñecas, provocadas por estar horas y horas con el Wii Sports. Cosas similares podemos mencionar cuando escuches sobre la Nintendinitis o X-Boxitis.
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Las famosas convulsiones tampoco serán ajenas ha habido casos en los cuales los repetidos patrones de luz intermintentes han causado una epilepsia fotosensible que degenera en convulsiones.
Algo que los que viven conectados también se les ha advertido es el Síndrome del túnel carpiano, donde ocurre una comprensión del nervio mediano que pasa por la muñeca, y que se resiente tras movimientos repetitivos de tecleo u otras actividades semejantes.
¿Pero cómo sé si soy adicto?
- Juegas de forma compulsiva, apenas te levantas tu intención es ir directo a la consola o ya planeas tu tiempo libre para jugar.
- Ha desmejorado tu rendimiento escolar o laboral, y además tienes cierta tendencia a resolver cualquier cosa de forma violenta (aunque sea en tus pensamientos).
- Te has vuelto mucho más introvertido de lo que eras usualmente.
- Otras actividades o aficiones te parecen innecesarias.
- Si para jugar necesitas dinero empiezas a justificar pequeños hurtos. Y si te descubren lo negarás.
No necesitas cumplir con todas estos síntomas, uno o dos ya son motivo para que te cuestiones si estás jugando demasiado.