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Son tiempos en donde pasar por un parque es percibir un silencio constante. Columpios vacíos, las pelotas de fútbol quedaron como adorno principal en los armarios del hogar, ahora los niños cambiaron tobogán por aparatos tecnológicos. ¿Cuándo se perdió la infancia sana y divertida?
Sabemos que vivimos en una era tecnológica que continuamente va evolucionando más y más. Pero, ¿Está bien que los más pequeños se involucren con tanta extremidad? ¿De quién es realmente la culpa que esto se exteriorice con más frecuencia? ¿Por qué los niños deben adelantarse a una etapa que más temprano que tarde tendrán que experimentar? ¿Cuál es el apuro?
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Es cierto eso de que los padres son los principales responsables de todos los valores y actos de sus hijos. Quizá la misma era ha hecho que los padres de hoy relacionen diversión con lo primero que ven en la mesa, es decir, con el primer aparato tecnológico que logre aquietar a los más pequeños del hogar, sin saber el daño que le están ocasionando.
Muchos dicen,—Que los videojuegos los entretienen —Que los videojuegos tienen sus ventajas—¡sí! Es cierto. Pero creo que interactuar con otros niños, jugar y correr siempre será un acto menos adictivo y menos asocial para su presente y sobre todo para su futuro, ¿No creen?
Distanciar la mente de la realidad no es normal y muchos menos sano. Lo más recomendable es que todos los niños sean supervisados y que se les imponga un límite, para que esto no traiga consecuencias en el desarrollo infantil, o mucho mejor sería que los padres también sean supervisados u orientados por personas capacitadas en el tema para que así puedan comprender que todo extremo es peligroso y dañino.
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