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Los fines de semana de tres días podrían salvar al mundo, según afirma Alex Williams, el profesor de sociología de la City University of London en un artículo para la web The Conversation. Williams defiende la idea de que tener un día más para desconectar del trabajo todas las semanas beneficiaría a los individuos y sus familias, pero también a podría ser una medida fácil para mejorar radicalmente el medioambiente y la economía.
Beneficios de los fines de semana de tres días
En su artículo Williams cita a los los economistas David Rosnik y Mark Weisbrot, quienes han señalado que la reducción de horas de trabajo está relacionada con una reducción del consumo de energía. Así afirma que si los estadounidenses siguieran los patrones de horas de trabajo que los europeos, de 40 horas a la semana, tendían una reducción del 20% del uso de energía, y de emisiones de carbono. También se reducirían las emisiones de carbono que se presentan por los traslados al trabajo (porque se tendrían semanas laborales de 4 días).
Los fines de semana de tres días en Utah
Institucionalizar fines de semana de tres días puede ser la forma más sencilla y elegante de hacer de la economía más eco-friendly, sostiene En este el coautor de Inventing the Future: Postcapitalism and a World Without Work («Inventando el futuro: poscapitalismo y un mundo sin trabajo»). Lo que su hipótesis tiene a su favor es que ya fue llevada a la práctica en 2007 en el estado de Utah (Estados Unidos). Dicho estado redefinió las semanas laborales de sus empleados públicos extendiendo las horas de lunes a jueves para eliminarlas los viernes.
Los primeros resultados de esta medida se notaron después de diez meses de puesta en práctica, cuando el estado ahorró al menos $1,8 millones en gastos de energía. En Utah menos días de trabajo significó menos gastos de luz en las oficinas, menos consumo en aires acondicionados, así como menos tiempo utilizando computadores y otros equipos. Y por un día extra a la semana, miles de trabajadores públicos pudieron quedarse en sus casas. Así que si se incluye la reducción de gases efecto invernadero de los viajes ahorrados, el estado estimó un ahorro de más de 12.000 toneladas de CO2 al año. Sin embargo, en 2011 el gobierno de Utah se vio obligado a abandonar esta medida tras quejas de residentes por no tener acceso a los servicios los viernes.
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Establecer el día viernes como un día de fin de semana y no como uno de la semana sin trabajo parece ser más complicado de los que se puede pensar en un principio. Williams cree que estas medidas deben ir acompañadas de un cambio en las expectativas que se tienen para los viernes. No obstante, la experiencia de Utah muestra que, si se replica en todo un país, una semana de cuatro días podría significar grandes progresos hacia una economía que haga menos daño al medioambiente. Además de que potencialmente podría traer más beneficios como mejorar la salud mental, el bienestar físico y el balance entre la vida laboral y la vida personal-familiar.
En 2015, en Suecia se hicieron varios experimentos en el que redujeron las horas de trabajo y el resultado fue menos bajas por enfermedad y un aumento de la productividad. Así que dirigir el aumento en la eficiencia económica hacia el aumento de tiempo libre y reducción de energía de consumo, en vez de producir más cosas, podría crear un mundo mejor y más medioambientalmente seguro.
¿Son posibles los fines de semana largos?
Alex Williams establece que existen serias razones económicas y tecnológicas para que los gobiernos, partidos políticos, consultoras y movimientos sociales empiecen a pensar en promover los fines de semana de tres días. De hecho, los economistas han sido conscientes de las horas redundantes en muchos días laborables con empleados infrautilizados en sus lugares de trabajo, pero incapaces de salir debida una cuestión de «presencia» en la oficina.
En vez de trabajar más horas por poco beneficio productivo, deberíamos acogernos a una semana más corta y ayudar a salvar tanto el planeta como el propio bienestar, dice Williams. A largo plazo, se prevé que una nueva ola de automatización en el lugar de trabajo, con sistemas avanzados de robótica e inteligencia artificial reemplazará en las próximas décadas el 47% de los empleos actuales en Estados Unidos y el 54% en Europa. Y en estas circunstancias, donde habrá mucho menos trabajo disponible, instaurar políticas como fines de semana de tres días será esencial para que la vida bajo estas cambiantes condiciones económicas se pueda vivir.
Nick Srnicek y Alex Williams exponen cómo la automatización ofrecerá un muy distinto mundo laboral en su libro Inventing the Future: Postcapitalism and a World Without Work. Más automatización hará que los procesos de producción sean más eficientes, se utilice menos energía y menos mano de obra humana hasta que, eventualmente, los humanos sean liberados del trabajo.
La clave para obtener los beneficios de la automatización sin que haya una dislocación social drástica depende en parte del desarrollo de políticas que funcionen para compartir esos beneficios. Esto significa una semana de trabajo reducida gracias a un fin de semana más largo, junto con un salario básico universal. Claramente, esto no sucederá de la noche a la mañana sostiene Williams.
¿Te gustaría tener fines de semana de tres días de forma permanente?
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