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Los trastornos alimenticios de los que oyes hablar de forma más común son la anorexia o la bulimia. Las personas que los padecen se ven a sí mismas muy gordas a pesar de estar delgadas o incluso esqueléticas. A quienes padecen de megarexia, también llamada fatorexia, les pasa lo contrario. Se miran al espejo y aunque tengan un sobrepeso notorio no son capaces de percibirlo.
Megarexia y el «deseo» de ser obeso
Con la obesidad siendo un fenómeno en aumento, que afecta a más de 500 millones de personas en todo el mundo, sería razonable pensar que muchos individuos con sobrepeso puedan ser megaréxicos no diagnosticados. Una persona con este trastorno puede terminar padeciendo obesidad y todas sus consecuencias si no asume que tiene un problema y cambia su estilo de vida.
Comportamientos habituales del megaréxico
La distorsión en la percepción de su propia imagen y peso corporal hace que la megarexia sea calificada como un problema de origen psicológico. Así, un megaréxico no solo negará su peso real, sino que encontrará su figura bastante agradable.
- Evitan mirarse en espejos de cuerpo entero y eligen mirarse sólo en pequeños espejos.
- No se pesan y desconocen cuánto pesan exactamente.
- Utilizan ropa holgada y oscura.
- Llevan muchas joyas y accesorios que distraigan la atención y disimulen algo del exceso de peso.
- Hacen oídos sordos o creen que su entorno exagera cuando les advierte que están excedidos de peso.
- Cuando se pesan y ven cuánto pesan lo primero que piensan es que la balanza está descompuesta.
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Consecuencias
El sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo que aumentan significativamente la posibilidad de sufrir numerosas enfermedades como la diabetes, enfermedades cardiovasculares, apnea, gota, cáncer entre muchas otras.
Ellos consideran que su talla es correcta y que no tienen ningún problema de salud, por lo que no se preocupan por incluir en su dieta alimentos nutricionalmente adecuados. Suelen comer lo que más les guste y normalmente esto consiste en frituras, carbohidratos, grasas, dulces, y otros alimentos que aportan calorías vacías. Esto hace que además de estar obesos, suelen estar desnutridos y padecer anemia.
Su desequilibrada les provoca falta de energía, por lo que los afectados recurren a ingerir más comida y así se forma un círculo vicioso del que les resulta difícil salir. Sus kilos de más y escasa energía hace que se vuelvan sedentarios.
Tratamiento
La persona con megarexia debe reconocer su problema para empezar un tratamiento, pero suelen tardarse en verlo. Normalmente, necesitan la ayuda de un profesional médico o psicólogo porque tienden a no escuchar a su familia. El apoyo de un nutricionista es importante para que aprendan a tener una alimentación balanceada y saludable.
Si se busca prevenir los trastornos alimentarios, incluida la megarexia, es necesario fomentar desde la infancia un estilo de vida saludable: ejercicio físico y alimentación equilibrada.
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