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Si hay una voz que a ayudado a darle más sensibilidad a la música de Calle 13, ha sido la de Ileana Cabra, la hermana menor de Residente (el famoso René Pérez) y Visitante (Eduardo Cabra). Ella estuvo 10 años en el grupo y sus coros, letanías y melódicas arengas, lograron muchas veces erizar la piel. Solo basta recordar Pal´Norte y su estentóreo arranque.
Y qué decir de cuando se hace cargo de Latinoamérica en cada concierto (en el disco las voces femeninas se las reparte con Susana Baca, Totó la Momposina y María Rita) y el final es siempre conmovedor.
https://youtu.be/3jnuvoHKqo4
Pero iLe y su voz llena de feeling y de potencia era demasiado buena para mostrarse solo en los coros, rapeos o pregones de Calle 13; por eso a mediados de este año lanzó su primer disco solista llamado iLevitable. El disco hace reminiscencia a aquel sonido que recuerda a cantantes como Cheo Feliciano, Olga Guillot y otros, si hablamos de bolero. Podríamos también recordar a aquel movimiento del Feeling en Cuba de los 50´s y 60´s, que tuvo Eliana Burke o Omara Portuondo como sus mayores exponentes. Estos influyeron a cantantes como Lucho Gatica. Recordemos que el Feeling tuvo muchas influencias del jazz norteamericano, de allí que el artista José Grave de Peralta lanzara una frase tan poderosa como:
«Es que el Feeling fue esencialmente Bolero haciéndose Jazz».
Y aunque la frase se refiere a dicho movimiento cubano, podríamos relacionarlo al sentimiento tan histriónico con el que entonces se cantaron y que ahora hay una tendencia a reinterpretar.
Así, todo ese bagaje cultural recoge iLe, y lo notarás en canciones como Dolor, que canta junto a Cheo Feliciano. Aquí su voz empieza algo dura en las terminaciones de cada fraseo, precisamente por aquel sentimiento de fragilidad que se quiere resguardar de la ruptura, pero progresivamente se va atenuando para aceptar que es inútil fingir que no está sintiendo.
Extraña de querer, tiene sin duda un sonido retro. Quizá por eso diario La Nación hace referencia a lo expresado por un ingeniero de grabación, cuando dice que «Ileana es una viejita en un cuerpo de niña». Y cuando escuchamos los vientos de la canción, nos la imaginamos con un vestido floreado balanceándose en un paraíso perdido y legendario.
En ese punto es también difícil no rememorar a otra figura de niña con alma experimentada, que en realidad es toda una mujer: hablamos de Natalia Lafourcade y esta tendencia a recuperar añejas canciones o darle a las nuevas un toque dorado. Podríamos hablar también de Ximena Sariñana, en este género que algunos han llamado neobolero, que tiene al méxicano Rodrigo de la Cadena como uno de los que se siente más identificado con dicha etiqueta.
Pues iLe sin duda pertenece a una nueva música, por mucho que se agarre de lo retro, es inevitable para ella tener una actitud rock, envuelta de soul y bolero. En Caníbal vemos un cuidado delicioso de los coros, que presentimos que es muy importante para alguien que se abrió paso en la música haciendo segundas voces.
Así llegamos a un cover impresionante, por la fuerza que le imprime y que no le pide favores a las clásicas versiones de Felipe Pirela o Roberto Ledesma, boleristas consumados. Con La Pared (esa maldita pared), Ileana no se anda con miramientos, arranca fuerte dejando evidente que esa pared está fuerte de derribar; pero que la va a romper algún día, es su promesa. A fuerza de voz y sentimiento, para que la dicha del amor sea consumada. De paso esto lo fusiona con guiños a la música rocolera y guitarras rock. La canción es original del compositor puertorriqueño Roberto Angleró, compatriota de iLe. Y por supuesto sus fieles sonidos de vientos soneros acompañan la metálica y nunca mejor dicha, dorada voz de Ileana Cabra.