Compartir
La relación entre Hitler y el arte es más cercana de lo que piensas. Tal vez esta hubiera sido la herramienta que cambiaría el rumbo de la historia. No lo sabemos porque no se puede cambiar el pasado, solo conocerlo y aprender de ello.
Aldof Hitler, aunque no lo sepas, fue un talentoso artista; aunque no uno reconocido. Por lo que sí lo reconoces es por haber sido el líder aleman que dirigió el Holocausto.
« Lee también: El niño sobre la caja, historias de un sobreviviente del Holocausto »
Sin embargo queremos mencionarte el lado artístico de Hitler…
Hitler y el arte, su historia
Era capaz de dibujar con gran destreza tan solo sus once años. Sus primeras acuarelas y dibujos realizados a los 15 años poseían una singular sensibilidad y poesía. Nos muestra que fue un artista de una imaginación poco usual en su época. En una de las obras más notables de sus primeros comienzos en el mundo artístico es Fortress Utopía.
Las formas de su orientación artística eran muy variadas. Desde muy pequeño escribió poesía. A su hermana Paula le dictó una obra entera, la cual a ella le sorprendió por su orgullo. En Viena, a la edad de 16, se embarca en la creación de una ópera, cuyos protagonistas eran héroes wagnerianos
Desde muy temprana edad, Hitler tenía como sueño ser un pintor muy famoso, lo cual lo llevó a crear diferencias extremadamente grandes y perceptibles con su padre Alois Hitler. Fue su madre quien, en cambio, alentaba y apoyaba a su hijo.
Estas son algunas de las pinturas de Hitler que son famosas:
- Lago en las montañas. Acuarela. 1910
- Iglesia de Karl en Invierno. Acuarela. 1912
- Ópera de Viena. 1912
En 1907, Adolf Hitler va a Viena para inscribirse y concursar en la Escuela General de Pintura, de la Academia de Bellas Artes. Llevó consigo numerosas obras propias, confiando en que él lograría triunfar como pintor, pero luego de varios exámenes Hitler no fue aprobado. A pesar de su notable talento, sus pinturas trataban de edificios y en ninguno figuraba la acción de animales o personas; y dado a esto no fue aprobado y admitido.
Podía describir a detalle y de memoria las complejas curvas del hierro forjado o la cúpula de una iglesia; sus detalles arquitectónicos eran sorprendentes. Su sueño fue convertirse en un arquitecto. Los cientos de bocetos, pinturas y dibujos que creó, así como el dominio que poseía de las figuras tridimensionales, es algo por lo cual asombrarse.
El rector de la academia le aconsejó a Hitler intentar en el campo de la arquitectura, pues consideraba que tenía más talento para ello. Por lo que buscó inscribirse en la Escuela de Arquitectura, pero no lo logró no tener un certificado de culminación de bachillerato.
Al final Adolf Hitler decide abandonar y dejar de lado temporalmente su sueño de convertirse en un famoso artista para ir a servir a su país en la Primera Guerra Mundial. Luego de terminada la guerra, ocurren diversos sucesos más importantes que este artista deje de lado este sueño por completo.
Sin embargo, dejó un legado estudiado por muchos. Fue el autor de dos libros: Mein Kampf (Mi lucha, 1925) y Zweites Buch (1928). Mein Kampf es considerado uno de los libros más populares en todo el mundo, por sus millones de ventas en distintos países. Combina elementos autobiográficos con una exposición de la ideología nacional socialista. Zweites Buch, en cambio, nunca logró alcanzar la fama del primero; ya que fue en 1961 cuando fue publicado.
Adolf Hitler fue un hombre con múltiples facetas, que no todos conocemos. Cabe de nuevo preguntarse, ¿Qué hubiera sido de la historia mundial si Hitler hubiera seguido trabajando en su lado artístico?
Foto de portada: Recuerdos de Pandora.