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Dentro de un aeropuerto siempre puedes encontrar una amplia gama de emociones entre las personas que lo frecuentan. Aunque es un lugar de tránsito, contiene muchos detalles en los que vale la pena ahondar. Por ejemplo, a la izquierda del camino que te permite subir en auto a la zona de embarque del Aeropuerto de Guayaquil, puedes ver unos rostros moldeados. Y si alcanzas a ver el nombre de uno de ellos, es difícil que no te llame la atención: Elia Liut. Parece un nombre adecuado para un pionero de la aviación. Efectivamente lo fue: El primero en hacer un viaje trasandino en Ecuador.
Elia tenía 26 años y el nombre del avión que es el de un periódico de la localidad, no es casualidad, pues, el propietario del mismo, José Abel Castillo, lo contrató con la idea de distribuir por aire el periódico y el correo postal del Ecuador.
Cuenta la leyenda que el 4 de noviembre de 1920, el biplano Telégrafo I cruzó los Andes, piloteado por el aviador italiano Elia Liut. Fue el primer vuelo sobre la cordillera, partió desde Guayaquil hasta Cuenca. Además llevó una valija de correo.
Eso no parecía una tarea tan dura para Elia, quien venía de combatir recientemente en la I Guerra Mundial bajo la bandera de los Aliados (Francia, Inglaterra, Rusia -a los que se sumó después Estados Unidos), combatiendo a los Imperios Centrales (Alemania, Austria-Hungría, Turquía). Eran las épocas de combate con cabinas descubiertas y temperaturas muy frías para los pilotos. Allí también combatió junto a otros pilotos que impulsarían en sus primeros años la aviación ecuatoriana: Cosme Renella y Pedro Traversari.
La hazaña de Elia Liut
En realidad Elia Liut debió haberlo hecho el día anterior por las Fiestas de Cuenca, pero hubo mal tiempo. Tenía una hora de haber partido en su avión biplano de combate, Macchi-Henrit-Ho (de 80 caballos de fuerza), pero le tocó regresar, después de todo, no se enfrenta las montañas sin ser cuidadoso. Entonces a las 10h30 del 4 de noviembre se decidió ir a por todas. Se dice que los cuencanos viajaron en masa hacia el aeropuerto de Jericó, un sitio improvisado en Yanuncay, a 6 kilómetros de Cuenca.
Cerca de las 11h25 el telegrafista de Biblián (Cañar) enviaba un mensaje señalando que el biplano pasaba por ese lugar en ese instante.
La gente por un momento pensó que había dado vuelta otra vez, pues no lo veían. La densas nubes de El Cajas había dificultado la labor del piloto quien tuvo que elevarse más alto aún, para lograr ver el Chimborazo y tomarlo como referencia para guiarse desde allí.
Hasta que por fin lo vieron. La multitud empezó a agitar sus pañuelos para recibir al héroe, quien hizo varios giros en el aire para saludar a la gente. Después aterrizó en el campo, guiado por Honorato Vázquez. Elia Liut se había elevado hasta a 4.500 metros de altura e hizo 115 Km de recorrido en 2 horas 11 minutos.
Reconocido por su hazaña, se radicó en Ecuador, donde el gobierno lo contrató como instructor de la primera escuela de aviación militar y en 1936 como director de la escuela de aviación civil.
En Quito se casó con Carmen Angulo, junto a quien compró una propiedad agrícola en Huigra e iniciaron la empresa, por primera vez en el país, de la siembra del tomate riñón.
“Oficialmente fui proclamado allí Cóndor de los Andes, el más grato título, aún así de honorífico, que yo haya podido recibir en mi vida”.
– Elia Liut.
En Aeropuerto de Guayaquil también se pueden apreciar réplicas del avión con el cual Elia Liut realizó su gesta de volar por encima de los Andes. Él junto a su compatriota Cosme Renella son los auténticos pioneros de la aviación ecuatoriana, en una época donde subirse a un avión era mucho más riesgoso de lo que es ahora.
Por su valor en combate el gobierno italiano tenía costumbre de venderle las naves a los pilotes combatientes. Liut adquirió ocho naves. Falleció en 1952 de un ataque al corazón, sin dejar descendencia directa.