Compartir
Queridos compañeros de Makía, intentaré repetir como mantra: «La venganza no es buena, mata el alma y la envenena».
Un viernes me comunicaron que desde el lunes no podría entrar a ninguna red social, eso incluía: Facebook, Twitter (que no me importaba mucho), Instagram, Google Plus (¿quién usa eso?), ¡Pinterest! y Whatsapp. En ese momento no le tomé mayor asunto porque me iba de viaje el fin de semana, de todas formas no tendría internet. Pero eso sí, llegué el domingo a buscar mi defensa legal de por qué Whatsapp no se puede considerar una red social, obviamente Yahoo Respuestas tenía la explicación. Cito:
«Se considera un chat xq no puedes ver fotos o estados de tus contactos es como mensajear!!», dijo el señor Wilson Erickson Yobany.
Si su objeción será decir que no se puede confiar en un portal como ese, yo solo mencionaré que en este lugar se plantean importantes preguntas que conciernen al espíritu más sensible. Si no me creen, dale clic aquí, lee, medita y regresa a este post.
Entonces, después de 7 días sin ver redes sociales, esto es lo que tengo para decir. Palabra de experta.
Cómo vivir sin redes sociales
1. No trates de engañar a los demás y ni ti mismo. Si buscas la forma de que nadie sepa que estuviste conectado al chat de Facebook, déjame decirte que es imposible. Busqué todas las opciones y había que seguir un montón de pasos interminables e inservibles. Así que, Mark Zuckerberg espero que leas esto y hagas algo al respecto.
Aquí la muestra de que ni he tocado Facebook:
2. No te asustes, si pasas la mayor parte de tu tiempo solamente así:
Esto ocurrirá en mayor manera por las noches; ya que -por supuesto- muchos estamos acostumbrados a prácticamente quedarnos dormidos con el celular en la mano. Con el tiempo podrás sentirte liberado y con más tiempo de hacer otras cosas que siempre has querido; no solo antes de dormir sino también en el tiempo libre en la oficina o universidad. Incluso, mi tiempo en la laptop se hizo productivo, ya no había en qué perder el tiempo. Vi más películas, series, investigué sobre temas que me interesaban y me puse al día en las noticias.
3. Cuando te enfrentes al duro hecho de levantarte y ver notificaciones en tu celular de Instagram, no te preocupes si no puedes soportarlo, yo tampoco pude. ¡Es imposible resistirse a Instagram! Pero que solo pase una vez, no más. Y si tienes más fuerza de voluntad que yo, lograrás cerrar sesión y todo será más fácil.
4. Procura mantenerte ocupado durante todo el día, así cuando llegues a la cama en la noche caerás rendido. Y si aún te sientes tentado, apaga el router. Después de un par de días de abstinencia, este será tu rostro cuando alguien te diga: ¡Cómo puedes vivir sin ver Facebook!
5. Cuando pensaba en la utilidad de las redes sociales me costó mucho encontrar algo sensato. Recurrentemente nos mienten diciéndonos que son para volverse a encontrar con gente que creías perdida; pero creo que las redes sociales sirven como una máscara en la que mostramos lo que queremos, y muchas de esas cosas son mentiras. Poco a poco fui consciente de los desestresante que es no ver los estados de mi prima embarazada y de mi amiga ultrafeminista.
6. Dejar las redes sociales también me ha enseñado acerca de economía: cuántas palabras soltamos sin necesidad y algunas sin pensar. Recurrir al correo electrónico para comunicarme me hizo pensar en escoger las palabras y poder escribir todo en un solo párrafo, sin emoticones ni memes de por medio. Es como dejarlo todo a la imaginación de quien lee.