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El valor de los cuentos populares, la tradición oral y las historias de niños van más allá del que se les ha querido asignar en los últimos años. Eso es lo que se quiere dar a conocer en las Primeras Jornadas de la Oralidad, en la Universidad de las Artes en Guayaquil (Ecuador). La charla del cuentero y poeta Aldo Méndez exploró cómo contar un cuento a niños y también qué valor tienen estas historias.
Cómo contar un cuento a niños y para qué
Demostrando su habilidad como cuentero, Méndez empezó contando una historia. ¿Cuál? La de Pollito Pito del libro Había una vez de recopilación de Herminio Almendros.
«El cielo se va a caer, el rey lo debe saber. Vamos deprisa a darle la noticia», hizo repetir al público con todo y movimientos de las manos.
La pregunta de por qué gusta esta historia va más allá de los elementos pedagógicos que puede tener. Los adultos del público se habían reído con ella y la habían disfrutado, todo aunque era muy sencilla. Méndez miró a todos y les informó que lo que les había enganchado era el elemento lúdico: ¡acababan de jugar sin darse cuenta!
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Lo lúdico es el primer elemento que debes tener en cuenta si quieres saber cómo contar un cuento a niños como un experto. El juego como tal debe ser parte de la experiencia de oír una historia para que los niños se interesen por ellas. Méndez resaltó que un error común de los pedagogos es buscar solo los elementos educativos:
«Lo acumulativo, la suma, los animales de un entorno, el enemigo natural de esos animales… Sí eso está, pero si yo no me lo gozo es como si no estuviera. Se vuelve una especie de doctrina y se queda ahí», explicó Méndez con respecto a los aspectos formales de Pollito Pito.
Los adultos no se ríen, no juegan, no pueden equivocarse y tienen que ser siempre muy formales. Vamos, que en el mundo infantil los adultos son personajes antagónicos a los niños y esto viene de la relación vertical y de autoridad que tienen con ellos. Cuando cuentas historias debes romper eso: tienes que ser un igual del niño, reforzar una relación horizontal. Por eso, lo segundo que debes saber es que contar historias es un juego en serio.
¿Por qué les gustan las historias?
Los niños aman las historias por los elementos de verdad que contienen, pero sobre todo por las relaciones afectivas que crean con las personas que se las cuentan o las que crean con los cuentos en sí mismos.
Lo tercero que debes saber sobre cómo contar cuentos a niños es que no tienes porqué vestirte de payaso, hacerlos gritar, dejarlos saltar sobre la mesa. Eres un adulto, y por tanto un referente para los niños, úsalo como una ventaja al reforzar la honestidad. Deja que vean que puedes hablar de cualquier tema con ellos y que, en el caso que quieran, pueden contarte lo que sea.
Hay otro elemento importante al contar historias y es que debes saber que no están escritas sobre piedras. O sea que puedes cambiarlas un poco para que se acomoden a ti. Ok, que no puedes quitarle a Caperucita su encuentro con el lobo, pero sí que puedes hacer que le lleve una pizza a su abuelita. Reacomodar las reglas para que se ajusten a tu público es algo válido.
Esto último es importante porque cuando el niño escucha una historia, discrimina sus elementos y se queda con la parte que a él o ella le llamó la atención. Los niños son los que le dan un valor al cuento y empatizan o no con el cuentero. Gracias a ese fenómeno debes hacer valer las palabras y que estas logren crear una relación afectiva con el niño.
«Hay que descubrirles un modo de sentir, un modo de significar su mundo. Recolocar tu discurso al nivel de ellos», explicó Méndez.
Lo último que debes conocer es que tienes que buscar la emoción. En estos tiempos donde los niños pasan pegados a tabletas y oyendo música en aparato todo el tiempo… Las conexiones emotivas no son tan firmes como antes, los cuentos siguen representando entonces un buen espacio para recuperarlas porque el niño puede sentir y vivir a través de las historias.
¿Cómo te gusta que te cuenten las historias?
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