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Camilo Egas es uno de los pintores ecuatorianos más representativos del siglo XX. Nació en Quito en 1889 y falleció en Nueva York en 1962. Se formó como pintor en la escuela de “Bellas Artes” en la capital del Ecuador, así también estuvo en Europa en las academias Real de Roma, San Fernando de Madrid y Colarroisse de París.
Su pintura recorre varios movimientos artísticos, tales como: indigenismo, expresionismo, surrealismo, cubismo y abstraccionismo. Sin embargo, se lo reconoce por ser el padre del indigenismo ecuatoriano gracias a su dedicación y acercamiento al indio. Una de las razones es porque Egas logró darle un tono fuerte y noble a los indios que habían sido deshumanizados a través de la historia ecuatoriana. Por ejemplo: Camilo Egas retrata perfiles de indios (Cabeza de indio -pintura inferior-), lo cual era recurrente en los retratos de los personajes importante europeos. Así mismo, en cuanto perfila a la mujer india (Danza ceremonial -pintura de portada-) le pone trazos y formas estilizadas que son claramente una señal de su paso por Europa.
En Quito se puede visitar el Museo Camilo Egas donde se destaca la obra artística del pintor. Además, hace unos años Santiago Carcelén dirigió el documental sobre este pintor: Camilo Egas, un hombre secreto. Este documental se mueve entre Quito y Nueva York, dos importantes ciudades para Camilo, y uno de sus puntos centrales que desarrolla el documental, tal como menciona la Revista El Apuntador, es:
El punto crucial del documental tal vez sea la recuperación de los hechos alrededor de la elaboración de un mural que debía exhibirse en la Feria Mundial de Nueva York, en 1939, y que fuera posteriormente destruido por órdenes estrictas del Gobierno ecuatoriano, a través del canciller Julio Tobar Donoso y del cónsul en Nueva York Sixto Durán Ballén. A Camilo Egas se le retira el pasaporte oficial bajo el cargo de “atentar contra la imagen del país” (el mural representa a los indígenas en su mayor estado de pobreza) y hacer uso indebido del documento. El mural exhibía, efectivamente, imágenes de indios e indias en sus circunstancias de vida, que es lo que indignó a las autoridades.
Camilo Egas se confirma como uno de los representantes de la pintura ecuatoriana del siglo XX. Sus pinturas -pertenecientes a la etapa indigenista- son un claro reflejo de su cercanía con la condición de los indígenas que, quizás, vivieron a su alrededor durante su infancia y el resto de su vida en el Ecuador. Su visión es una forma crítica y artística de sobreponerse a un momento de la historia ecuatoriana que ,de alguna forma, su pintura ayudó a evidenciar a la sociedad de entonces -y ahora-.