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El conflicto en Siria ha dejado un saldo de más de 400.000 personas muertas desde el 2011, según la última estimación que hizo la ONU en abril de 2016.
Hay más de 4.8 millones de personas que han huido del país y cuando parecía que no podía estar peor, en realidad sí lo está: un atroz ataque con armas químicas en la provincia de Idlib de Siria volvió a sacudir la conciencia del mundo.
Pero el mundo realmente no atina a saber qué hacer con este conflicto que tiene muchos matices que lo complican. El ataque con armas químicas fue el 4 de abril. Se esperaba las reacciones de dos líderes: Wladimir Putin y Donald Trump. Luego de un silencio tenso, Trump primero arremetió contra lo que llamó políticas débiles de EE.UU. en Siria durante el gobierno de Obama. Después responsabilizó al presidente Bashar, la noticia clave del 6 de abril fue el bombardeo desde los destructores US Porter y USS Ross localizado en el Mar Mediterráneo, sobre un blanco militar en el campo aéreo de Shayrat (Homs).
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Como suele suceder, los daños alcanzaron civiles y además dentro de la base atacada había ciudadanos rusos, lo cual tensa más la trama. Se estima que hubo 86 muertos, 30 de ellos niños. Los cuales se suman a los 72 civiles muertos, al menos 11 niños, aunque se dice que hubo más en estos bombardeos en Siria.
Putin hizo su reclamo por el bombardeo estadounidense e insiste en que Rusia ni el gobierno sirio tenía motivos para realizar ese ataque sobre Idlib, que está controlada mayoritariamente por una alianza de rebeldes y yihadistas. Meses antes Putin y Trump se habían declarado mutua admiración y respeto, pero en este punto hay una confrontación diplomática entre ambos países, así que el temor del mundo es que ambos abanderen un conflicto de proporciones mundiales.
La otra cuestión es que el gobierno de Al Bashar señala que ellos no tienen armas químicas y por tanto el ataque donde murieron niños (y cientos de heridos productos del gas sarin) no pudo haber sido perpetrado por sus fuerzas militares. En el 2013 ya había sido acusado de dirigir un ataque con armas químicas en un suburbio de Damasco. Entonces también lo negó y más bien culpa a los extremistas.
Esto lleva a dos posibles escenarios; el gobierno de Siria miente y es apoyado por naciones fuertes como Rusia e Irán, lo cual lo torna más peligroso. O el gobierno de Siria es agraviado injustamente por ese atentado y naciones poderosas como EE.UU., Gran Bretaña, Turquía y otras podrían incrementar su poderío bélico. Ambas opciones sigue dejando como resultados bombardeos en Siria, por el momento.