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Te lo ponen en las ensaladas y hasta en las pizzas. Son deliciosos para unos y asquerosos para otros. Sin embargo, algo debemos de admitir, los pimientos le hacen bien a tu vida, quieras o no.
Beneficios del pimiento, sin importar sus colores
- Su alto contenido en fibra aporta una gran sensación de saciedad.
- Ejercen una acción diurética y depurativa por su riqueza en potasio.
- Combaten la hipertensión y los cálculos renales.
- Son un potente antioxidante por su alto contenido en licopeno.
- Refuerzan las defensas y ayudan a la creación de glóbulos blancos y rojos.
- Estimulan el apetito.
- Favorecen la formación de colágeno y el crecimiento de uñas y cabello.
- Tiene propiedades analgésicas.
- Las variedades picantes de pimientos ayudan a quemar grasas.
- Por su contenido en folatos los pimientos no deben faltar en la dieta de las mujeres embarazadas y de los niños.
- Favorecen la visión.
- Contiene capsaicina, una sustancia que ayuda a controlar los niveles de colesterol.
- Su doble contenido de vitamina C -en comparación a los cítricos- contrarresta los efectos y el desarrollo de la artritis inflamatoria, que afecta a las articulaciones.
¿No sabes cómo comerlos?
Después de conocer los beneficios del pimiento, debemos decirte que hay muchas maneras de comerlos. Tal vez la más común es en ensaladas, totalmente crudos, que podrías aderezarlos con salsas para mejorar su sabor. Mira estas ideas:
Pimientos asados
Además de los pimientos bien lavados vas a necesitar aceite de oliva, una cabeza de ajo y sal. Precalienta el horno a 200° C y ten lista una bandeja con aluminio encima. Unta la mezcla de aceite de oliva y sal sobre los pimientos, con las manos o con una brocha. Coloca los pimientos sobre la bandeja, junto con el diente de ajo. Este último le dará un buen aroma. Espera hasta que se vean arrugados, esto significa que se han cocinado.
También puedes asarlos sobre una parrilla, y en vez de usar el papel aluminio sobre una bandeja, utilízalo para envolver los pimientos. Dales la vuelta para que se cocinen bien por todos lados. Espera hasta que estén tostados o arrugados.
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Pimientos salteados
Vas a necesitar aceites aromáticos, como el de oliva o sésamo. Estos le dan un sabor rico a las comidas. Corta los pimientos en cuadritos y sobre una sartén grande o wok echa un chorro del aceite escogido. Esparce los pimientos cortados y mueve la sartén de manera que hagas «saltar», constantemente los vegetales. De esta manera se cocinarán, pero no se freirán por completo.
Les puedes dar el toque final esparciéndoles semillas de sésamo, orégano o pimienta. ¡Quedan deliciosos! Acompaña tus pimientos cocinados y picados con alguna proteína.
Pimientos rellenos
Además de tus pimientos limpios, vas a necesitar queso mozarella rallado, tomate picado y orégano. Corta los pimientos por la parte superior, donde está el tallo, de manera que puedas volver a colocar lo cortado como si fuera una tapa. Quítale las semillas. Ahora, agrégale la mezcla de queso rallado, tomate y orégano, hasta el tope. Coloca la tapa encima y envuélvelo en papel aluminio, de manera que no se abra la tapa. Ponlo al horno o sobre la parrilla para que se cocinen.
¡Tendrán sabor a pizza! Ten en cuenta que puedes rellenarlos con lo que quieras. Puedes intentar con huevo, arroz, atún, ¡lo que quieras!