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¿Has oído hablar del Síndrome de Fin de Año? Quizá no, pero puede que lo padezcas y no lo sepas. Para que no tengas dudas, hoy te contaremos todo sobre él y cómo debes hacer para que no te afecte.
¿Qué es el Síndrome de fin de año?
Fin de año es la época que hacemos balances y recapacitamos sobre las cosas que nos hemos trazado y aquella que hemos logrado. En este momento podemos sentirnos frustrados por lo que no hemos realizado y ante la incertidumbre de lo que vendrá en nuestro ámbito laboral.
Además, en estos días, la mayoría de las personas experimentamos un desborde en el desarrollo de nuestras actividades, tanto laborales como cotidianas.
Estrés y cansancio
Es lo que padecen muchos trabajadores en las últimas semanas del calendario, lo que incrementa el número de consultas médicas por ansiedad, según indican los especialistas que abordan la temática.
En este período todo nos parece pesar el doble. Y es que en realidad es así, porque por un lado tenemos lo laboral, con los cierres de tareas y proyecciones para el próximo año. Por otro lado tenemos lo personal, que implica compromisos familiares y sociales con los que se debe cumplir. ¡Eso es súper estresante! ¿No lo crees?
Es una verdadera carrera contra el tiempo. Ese nivel de tensión puede generar conflictos. Algunas manifestaciones de este estado suelen ser: cansancio físico y mental, ansiedad, cambios de humor, e incluso disminución del rendimiento laboral.
Qué dicen los expertos
Quienes se especializan en la temática consideran que una sociedad ansiógena lleva a sostener el stress de manera prolongada a lo largo del año. En diciembre esos estímulos llegan al límite, porque si bien a esta altura del año se llega con una emoción especial, al mismo tiempo tenemos cansancio acumulado.
Es como si para nosotros el lunes 31 de diciembre fuera el límite de todo, cuando en realidad deberíamos mirar más allá del calendario. Si las cosas no se terminan en diciembre, perfectamente se podrían terminar en enero o febrero.
¡ESTAMOS EN FIN DE AÑO, NO EN EL FIN DEL MUNDO!
¿Qué factores confluyen?
- Laboral: las exigencias en este plano, tal como mencionamos antes, hacen que llegar a fin de año venga aparejado con un gran cansancio.
- Social: encuentros de fin de año, reuniones sociales, familiares, fiestas. Todo recae en las últimas semanas del año, generando la sensación de no poder llegar a cumplir con todos los eventos pactados.
- Emocional: los balances personales son inevitables al acercarse esta fecha del año.
- Familiar: Es frecuente que los miembros de una familia tengan cada vez más actividades de fines de ciclo, las cuales se hacen muy difíciles de eludir.
¿Cómo se puede prevenir, dentro del ámbito laboral?
- Aprovechar el momento del balance anual para clarificar los objetivos impostergables y dejar los menos urgentes para más adelante.
- Establecer metas a corto plazo permitiendo obtener una visión más cercana en el tiempo. De esta manera el trabajador puede experimentar la sensación de haber concluido su tarea.
- Planificar fechas límites para la entrega de proyectos. Esta jerarquización permite que las problemáticas que aparecen cotidianamente no afecten el resultado final.
- Si el cierre de año laboral es vivenciado como muy complicado, las actividades de recreación, esparcimiento y relajación suelen ser una fuente de ayuda para despejar cuerpo y mente.
También es importante que no te sobrecargues de tareas y mejores tu cronograma de actividades, priorizando las más importantes y urgentes, ¡NO BUSQUES SOLUCINAR TODO DE UNA SOLA VEZ!
También es muy importante que mantengas un diálogo fructífero con tus jefes o supervisores y compañeros, para tener un ambiente laboral grato, con lo que todo se hará más fácil de sobrellevar.