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Las algas tóxicas en Florida, mejor conocidas como «guacamole» por su aspecto verdoso y espeso, han llegado a las costas justamente un poco después de que celebráramos el solsticio de verano. En los condados de Martin, St. Lucie, Lee y Palm Beach los habitantes se estaban preparando para disfrutar del sol, mar y arena cuando el gobernador Rick Scott decidió tomar la medida. Igual, no es que el mal olor no los haya ya ahuyentado de todos modos…
Pero, las consecuencias no solo se ven en que las jóvenes no tendrán un estupendo bronceado de temporada, sino en la economía local. Estos poblados dependen fuertemente del turismo, por lo que las algas tóxicas en esta época del año es lo peor que pudo haber pasado.
«Es un espectáculo dantesco. Las aguas en los canales y ríos tienen una alfombra verde sobre la cual hay una baba grisácea, húmeda, y huele a amoniaco», dijo el investigador Henry Briceño, de la Universidad Internacional de Florida, a BBC Mundo.
« ¿Los humanos vuelven la selva amazónica más inflamable? »
Los ciudadanos demandan una acción rápida pero ¿cómo fue que pasó esto?
Hay dos situaciones específicas:
1. En el agua siempre hay algas y en la zona donde se encuentran estos cuatro condados hay un rico contenido de cianobacteria, que es el microorganismo de color verde-azulado. El problema es que en esta ocasión la multiplicación ha sido abundante.
2. La represa del lago Okeechobee, al oeste de West Palm Beach, libera más de 85 metros cúbicos de agua por segundo, la cual tiene altos contenidos de nutrientes como el fósforo y nitrógeno, los cuales hacen apropiados la floración de algas.
«Las algas están ahí en concentraciones muy pequeñas, pero de buenas a primeras les llega este exceso de comida, de buena calidad, y se dispara la multiplicación, que es rapidísima», dice Briceño.
Los peligros de las algas tóxicas en Florida
Las autoridades ya han tomado medidas, como bajar el nivel de agua de la represa del lago Okeechobee. De todas formas, el proceso natural es que las algas mueran por sí mismas. Sin embargo, las algas «guacamoles», como todas, se llevan el oxígeno del agua lo que causa un gran golpe en el ecosistema, dejándolo dañado. Lo que ocurrirá es que se van a pudrir y tapar las flora y fauna, pudiendo ocasionar una muerte masiva de peces y otros animales.
El estado de emergencia se decretó y debe respetarse hasta que las autoridades crean conveniente debido a las afecciones a la salud que puede causar el agua contaminada. Sus toxinas pueden afectar el sistema nervioso, la piel y el hígado, además de provocar diarrea, vómito y dolor abdominal. Mientras tanto, los que aman el verano tendrán que esperar en sus casas.