Compartir
Quizás hemos escuchado infinidades de quejas por parte de los adultos, padres o representantes de estos jóvenes adolescentes, quizás por la forma que visten, por la forma en que piensan o simplemente por lo que hacen. Nosotros como padres nos encontramos en una encrucijada moral cuando vemos que nuestros hijos se acercan a la etapa adolescente, sentimos cierto grado de ansiedad ante lo que es inminente y se abalanzara sobre nosotros con algo mucho más intenso que la típica pregunta ¿Por qué? Estamos hablando del alejamiento emocional y convivencial de nuestros hijos inclusive compartiendo la misma casa.
Pero no podemos ser tan extremistas o tan negativos, la adolescencia es una etapa y todos y cada uno de nosotros la vivimos, cada quien, a su manera particular, ¿Por qué no darle la oportunidad a mi hijo de vivirla a la suya? Comencemos por diferenciar los cambios de la adolescencia en comparación con la niñez. Según el famoso psicólogo evolutivo Jean Piaget cada persona posee un estadio de desarrollo el cual debemos cubrir, en algunos casos se acelera este proceso y en otros tiende a tardar un poco, pero de que llega, llega.
Piaget hablaba de las operaciones abstractas como la evolución emocional y de pensamiento de los adolescente, esto quiere decir que ahora nuestros hijos tienen la potestad de pensar por sí solos y sacar sus propias conclusiones de cualquier tema, muchas veces sin hacer caso a sus maestros o padres, el pensamiento abstracto consiste en la formulación propia del pensamiento de cualquier persona, en el caso de los adolescentes se da de una manera rápida y por eso sentimos que nuestros hijos se independizan cada día mas.
¿Por qué mi hijo adolescente no me hace caso?
Y aquí nos enfrentamos con la mayor incomodidad de todas las madres, la desobediencia de los adolescentes, como mencionamos anteriormente, los jóvenes adolescentes son personas que ya encontraron su identidad dentro del mundo real, ya cayeron en cuenta que no les pertenecen a nadie y de aquí vienen millones de pensamientos distorsionados con respecto a la sociedad, cultura, familia y religión, es por esto que nosotros los adultos chocamos con los adolescentes porque no piensan de la misma manera como pensamos nosotros.
¿Cómo hago para que me tome en cuenta?
Muchos padres recurren a la violencia o el castigo, recordemos que ya de por si los adolescentes tienen sus propios problemas internos (emocionales o psicológicos), al castigarlos o darles una tunda afianzamos el rencor que este pueda tener hacia nosotros. Las pláticas serian una excelente manera de llegar a nuestros hijos adolescentes, pero es muy probable que los mismos no nos presten atención tampoco. ¿entonces debo rendirme? Y la respuesta correcta es “NO”.
Como padres debemos comprender el dolor que estos chicos pasan en el trascurso de esta etapa, muchos de nosotros quizás ni recordemos como fuimos en la adolescencia y esto es porque obviamente no pensábamos de la misma manera en como pensamos ahora como adultos. Para comenzar a ser un poco más empático deberías tener en consideración ciertas recomendaciones que te daremos para que las pongas en prácticas y así mejorar la comunicación con tu hijo adolescente y no morir en el intento.
Tips para mejorar la comunicación asertiva con tu hijo adolescente
A continuación, te daremos ciertas estrategias o técnicas que podrás utilizar con tu hijo y de esta manera potencializar el proceso comunicativo de tu familia, ya cubierta esta posición otros pilares fundamentales como la convivencia o la afectividad se darán de una manera más sencilla y sin obligación alguna. Veamos entonces cuales son los tip´s para mejorar la comunicación asertiva con tu hijo adolescente.
1.- Interésate en sus cosas: advertencia con esta recomendación, estamos hablando de interesarte, no de colocarte gorras que estén moda o jean rotos, debemos ser conscientes de nuestra edad y lo ridículos que podemos llegar a vernos. Por otro lado, interesarnos por las cosas de nuestros hijos como su película favorita, carrera que desearía estudiar, series de televisión o algún libro, no acercará de una manera casi inmediata en próximas conversaciones y este se sorprenderá de ver a una madre o un padre interesado en sus cosas.
2.- Una palabra de elogio al día: ¿cuantas veces pasamos semanas sin decir algo positivo? Esto se da por la terrible rutina que llevamos día tras días, en este tip´s te recomendamos que hagas lo posible por decir algo productivo y positivo a tu hijo durante el día, “que genial te quedan esos jeans”, “felicitaciones por tu nota en inglés”, “sí que sabes tocar guitarra”, entre otros. Un elogio puede marcar la diferencia en la autoestima de un adolescente, no lo dudes.
3.- Dale responsabilidades: soltarlo un poco dice entre líneas que deseas que sea independiente de la forma en que está buscando serlo, dale la oportunidad de hacer sus propias cosas, como buscar algún documento importante o aprender a manejar el auto, quizás solo permitirle que arregle su habitación a su manera. Con este tip´s estarás matando dos pájaros de un solo tiro, pues aprendes a soltar a tu hijo/a a ser independiente y al mismo tiempo te das la oportunidad de aceptarlo progresivamente, esta segunda ya es otro tema que tocaremos en otro artículo.
4.- Muéstrale que también eres su padre/madre: en ocasiones los tip´s anteriores pueden confundir al adolescente y darle un poder que quizás pueda ser perjudicial para nosotros, no debemos permitir que nuestros hijos quieran jugar a ser padres, el respeto debe ser mutuo y si en algún momento debemos poner los puntos sobre las ies habrá que hacerlo.
La adolescencia puede ser una etapa realmente difícil para cualquier joven que la viva, es este momento donde más falta hacemos nosotros como padres, pues los valores, ética, moral, tradiciones y sobretodo la familia deben establecerse como tatuajes en la piel (metafóricamente hablando) para decir en un futuro lo excelentes padres que somos, pero nunca dejemos a un lado que cosas buenas también suceden, celebremos con nuestros hijos adolescentes sus éxitos y fracasos, de esta manera sabrán que no están solos.