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Yo pensé que ya había pasado la crisis de los 25, también conocida como crisis del cuarto de siglo o de los veintitantos. Tengo 28 y eso fue hace tres años (pronto, cuatro). Sin embargo leyendo los síntomas creo que recién estoy en ella.
Recuerdo que a los 25 me exasperé porque solo faltaban 5 años para cumplir 30 y quería (aún quiero) alcanzar una lista papírica de metas. Las anoté, hice un plan y seguí los pasos respectivos. He alcanzado algunas metas y otras (varias) están aún por resolver.
Ya me queda poco tiempo, amigxs; la ansiedad ha vuelto.
Esta crisis ‘existencial’ es algo que tiene pocos estudios, porque es algo relativamente nuevo, por lo que muchos indican que no es algo real. Desde mi actual experiencia personal puedo decirles, gente, que es real… muy real.
La crisis del cuarto de siglo: guía rápida (o no)
Cuándo aparece
El Dr. Oliver Robinson, de la Universidad de Greenwich (Inglaterra), realizó uno de los primeros estudios serios acerca de la crisis del cuarto de siglo (2011). Trabajó con investigadores del Birkbeck College, que se basaron en una encuesta a 1.000 jóvenes. Él indica que la crisis del cuarto de siglo no sucede literalmente a los 25 años, sino entre lo 25 y 35 años, y que se atora cerca de los 30.
¡Ahora lo entiendo todo… creo!
Es un fenómeno que se presenta en los mileniales (Generación Y), que -usualmente- tienen un nivel superior de estudios. Sucede cuando entran a la «vida real»; es decir, cuando están en sus primeros años de vida laboral. Según el estudio, dura dos años en promedio. Aunque podría repetirse, indica un reporte de Harvard Business Review (HBR).
HBR analizó varios indicadores psicológicos de 88.000 personas, que se unieron a una entrevista realizada en 2015. Encontraron que las personas experimentan un fuerte aumento de los niveles de estrés a finales de los años veinte y treinta años. Los niveles de estrés aumentan de forma más moderada durante sus últimos veintes e iniciales treintas, se mantienen estables durante unos 20 años, y luego caen abruptamente con la jubilación.
(Yo diría que esto de entrar al mercado laboral no es cosa fácil)
Sin embargo, pese a que la dosis de estrés continúa aumentando en los treintas y cuarentas, existe un mejor respuesta emocional. Así que desde la perspectiva emocional, los últimos veintes e iniciales treintas son el peor periodo de la vida para el bienestar personal.
(Ok, yo pensaba que era la adolescencia )
Qué es y por qué sucede
Después de estos facts que nos brindan un contexto de la crisis del cuarto de siglo, sigamos a lo que nos lleva a identificarla. El fenómeno está caracterizado por inseguridades, decepciones, soledad y depresión.
86% de los encuestados por Robinson admitió sentirse bajo la presión de tener éxito en sus relaciones, finanzas y trabajos antes de llegar a los 30 años de edad. Dos de cada cinco estaban preocupados por el dinero, indicando que no ganaban lo suficiente y 21% quería un cambio completo de carrera. 32% sentía la presión de casarse y tener hijos antes de los 30; mientras el 6% estaba planeando en emigrar.
¡No suena nada bonito! ¡Peor cuando eres una persona joven con «toda la vida por delante»!
Damian Barr, autor del libro Get it Together: A Guide to Surviving Your Quarterlife Crisis (Contrólalo: Una guía para sobrevivir a tu crisis del cuarto de siglo. 2004), indica que es como experimentar las presiones que sintieron nuestros padres a sus cuarentas. «Tener veintitantos ahora es aterrador: 50 millones de otros graduados (están aplicando) para tu mismo trabajo, luchando para llegar al depósito de la hipoteca y encontrando tiempo para hacer malabares con todas sus relaciones», afirma el autor.
Evidencia de ello la da el reporte de HBR, pues indica que la edad promedio para el inicio de la depresión se ha reducido de entre 40 a 50 (hace 30 años), a generarse en los veintitantos.
Cómo se experimenta
La crisis de los veintitantos tiene cuatro etapas.
Fase 1: Cuando te sientes atrapado en una aparente adultez, llena de responsabilidades y relaciones difíciles de mantener. «Puedes salir de ahí, pero sientes que no es posible», explica Robinson.
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Fase 2: Se caracteriza por una creciente sensación de que el cambio es posible. Se genera una exploración de nuevas posibilidades que conectan con los intereses, preferencias y sentido de sí mismo. Es el catalizador para un cambio positivo.
Fase 3: Es el periodo de reconstrucción de una nueva vida.
Fase 4: Es la cimentación de compromisos frescos que reflejan los nuevos intereses, aspiraciones y valores de la persona.
«Describiría lo que atravesé como una prolongada crisis de identidad», explica Nikki, de 27 años a Telegraph.
Qué hacer para superarla
Esos son consejos de las revistas Health y Forbes para superar la crisis de los veintitantos.
Deja de compararte: Las redes sociales nos mantienen conectados con nuestros amigos, conocidos y familia; sin embargo es fácil caer en el juego de la comparación con otros. Ten en claro que cada persona camina su propio camino. Estás desperdiciando tiempo quejándote de ti mismo, al enfocarte en la vida de otros y no en tu propia vida.
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Deja de complacer a otros: Esto también implica compararte con otros, ya que en el ánimo de seguir el paso de otros, no estás complaciendo el estilo de vida que realmente quieres. ¿Qué es lo que a ti te hace feliz?
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Descubre algo de ti, intentando algo diferente: Puede que aún no estés seguro de qué te hace feliz, ni qué es lo que quieres hacer en tu vida; así que cambia la rutina. Intenta algo diferente. Puede ser una actividad física, un desafío mental, abrirte a nuevos espacios sociales y demás. Y si quieres agregarle un poco más de reto, que sea algo a lo que le resistas. El simple hecho de intentar algo que probablemente no harías nunca, te ayudará a salir de tus límites; habrás generado un cambio en ti.
Persigue lo que realmente te importa a ti: Si quieres convertir tu crisis en una oportunidad, deja el ruido externo a un lado y cuestiónate lo que realmente deseas. Cuál es tu pasión, en qué eres realmente buenx, con qué personas te quieres rodear…
«Tu propósito de vida no te grita, susurra. Tienes que escuchar lo que te está susurrando y lo que le causa hormigueos al corazón», dice MacNaughton fundador de The Integral Center.
https://www.instagram.com/p/BLL8bUZDXtG/
Convierte tu duda en acción: Escribe tus dudas y miedos en un papel. Esto te servirá para encontrar una solución tangible a ellos. ¿Cómo hacerles frente? Anótalo también y hazlo.
« Te ayudará: Cómo planificar metas y no morir en el intento »
Encuentra una comunidad de apoyo: Salir de una crisis es siempre una elección personal, pero lo que conlleva requiere apoyo externo. Retoma contacto o encuentra gente que te haga sentir mejor y que crea en eso que quieres lograr, en tus pasiones. Anda a eventos, conferencias, usa medios digitales, etc.
Date amor: Bajo una crisis o estrés, dejamos de preocuparnos por nuestro bienestar físico y emocional. Date cuenta qué estás dejando a un lado: salidas con amigos, ejercicios, comida sana, actividades creativas, una rutina de belleza… Y al menos una vez a la semana date tiempo para hacer eso que te hace sentir mejor. Es simple, date amor; sé amable contigo mismx.
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Según HBR los cambios que ocurren en la crisis del cuarto de siglo permiten que desarrolles nuevas habilidades. Aprendemos a tener un mejor dominio psicológico que regule y atenúe nuestras emociones; o que las descarte en vez de permitir que ellas tomen control de nosotrxs. A medida que envejecemos, aprendemos a poner las cosas en perspectiva, creer en nosotrxs mismxs más, y darnos cuenta que las situaciones que nos afligen son temporales. No le tengas miedo a este periodo pues conlleva un proceso psicológico positivo, aunque no lo parezca.
Ok, lo entiendo. Es solo un momento de mi vida, no mi vida entera.
Fuentes: The Guardian, Harvard Business Review, The Telegraph, Health, Forbes.