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Una investigación de la Universidad de California indica que la gratitud podría ser el camino más directo a la felicidad; pero para llegar a ella se necesita fortaleza mental y disciplina.
Quienes agradecen diariamente se quejan de menos síntomas de enfermedad, y se sienten mejor acerca de su vida en general, explica el estudio. Además, la gratitud hace que la persona se sienta más amorosa, perdonadora, alegre, entusiasta y optimista sobre su futuro; mientras que sus familiares y amigos los perciben más felices y están más a gusto a su lado.
«La gratitud es, literalmente, una de las pocas cosas que pueden cambiar sensiblemente la vida de las personas», dice Robert Emmons, autor del libro Thanks! How the New Science of Gratitude Can Make You Happie (¡Gracias! Cómo la nueva ciencia de la gratitud puede hacerte más feliz).
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Basado en estudios que iniciaron en 1988, Emmons encontró algunas maneras para ejercitar la gratitud. Sin embargo, asegura que «lejos de ser un sentimiento cálido y difuso, la gratitud es moral e intelectualmente exigente (…) Se requiere la contemplación, la reflexión y la disciplina. Puede ser un trabajo duro y doloroso».
La gratitud no es para los débiles
1. Ten un diario: Anota las cosas por las que estás agradecido, y luego, cuando lo necesites para reafirmar la suerte que tienes, revisa las hojas de tu diario.
2. Recuerda lo malo: Si no recuerdas de lo que era estar enfermo, desempleado, o con el corazón roto, será menos probable que logres apreciar la salud, el trabajo o una relación.
3. Pregúntate a ti mismo tres cosas cada noche: Llena los espacios en blanco con el nombre de una persona (o personas) en tu vida. ¿Qué he recibido de…? ¿Qué he dado a…? ¿Qué problemas y dificultades he causado…?
4. Aprende oraciones de gratitud: Sea que crees una por tu cuenta, la tomes de tu religión o filosofía, o incluso de algún maestro o sabio, tener un formato de agradecimiento podría ayudarte a ejercitar tu gratitud. Emmons sugiere esta del maestro budista Thich Nhat Hanh:
«Al despertar esta mañana, veo el cielo azul. Me uno a mis manos en señal de agradecimiento por las muchas maravillas de la vida, por tener 24 horas flamantes delante de mí».
5. Apreciar tus sentidos: Puedes ver, oler, escuchar, sentir o saborear; tienes un cuerpo… Aprecia tu ser. ¿De qué manera? Inténtalo con ejercicios de respiración enfocándote en todo lo que tu cuerpo es capaz de hacer.
6. Utiliza recordatorios visuales: Haz que cosas simples te recuerden siempre estar agradecido. Un imán en la refri, un post it en la computadora, el fondo de pantalla de tu celular con alguna frase que te recuerde ejercitar la gratitud.
7. Haz un voto de gratitud: Jurar un voto para llevar a cabo un comportamiento realmente hace aumentar la probabilidad de que la acción se ejecute. Es decir, propóntelo en serio.
8. Cuida tu lenguaje: La forma en la que te expresas influye en tu forma de pensar sobre el mundo. La próxima vez que pienses algo negativo, transfórmalo a través del lenguaje en algo positivo.
9. Revisa tus movimientos: La investigación muestra que las emociones también se transmiten a través del lenguaje corporal. Cosas simples como una buena postura o sonreír un poco más incentivarán actitudes positivas.
10. Se creativo: Busca nuevas situaciones y oportunidades en las que te puedes sentir agradecido, sobre todo cuando las cosas no van bien.
Robert Emmons asegura que él mismo practica estos pasos, aunque reconoce que el mantenimiento de la gratitud es un trabajo duro, incluso para él. ¿Te atreves a ejercitar tu gratitud?
FUENTE: FUTURITY.ORG.