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Cambiar el final de un libro, habitar el mundo de tus personajes favoritos, ampliar un determinado universo de ficción, eso es lo que hacen los fanfikers o fanfiqueros. Sus escritos o fanfictions son leídos por más fanáticos alrededor del mundo. Pero, ¿pueden pasar de ser fanfiqueros a ser unos autores por mérito propio? Lo que puede parecer un sueño ha sido posible para varios escritores.
Escribir fanfictions y dar el salto a la literatura
Existen más autores jóvenes que pasaron del mundo de los fanfictions a la creación de historias originales o que creaban historias originales y también hacían fanfics. El caso más sonado de un cambio como ese y de éxito es el de la autora E.L. James y su saga 50 sombras de Grey. Sí, en un principio esa triología era un fanfiction de Crepúsculo, que protagonizaban Edward y Bella, llamado Masters of the Universe. Sin embargo, no es un caso aislado.
«Una persona puede escribir un fanfic como un entretenimiento, o como una forma de ganar muchos lectores, y luego dedicarse aparte a hacer literatura. No hay nada que impida que una persona que escriba algo potencialmente comercial (recordemos que de ese mundo han salido best sellers) pueda, en otras circunstancias, escribir algo literario», dice Mónica Ojeda, catedrática y escritora ecuatoriana, a Makía.
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Ella misma comenzó a escribir como parte sus juegos infantiles. A los 10 años escribía sobre ellos y también hacía obras teatrales con su hermana. «Las escribía para volver a interpretarlas sin cambios. Por supuesto, a esa edad no tenía idea de qué era la literatura ni me interesaba. Escribía para no olvidar», contó.
«Empecé a escribir fanfictions cuando tenía 15 años y lo dejé a los 17, si no recuerdo mal. Era y soy fan de Harry Potter, entonces me gustaba escribir, junto a otras amigas, historias cómicas sobre los personajes», comentó. Sus historias no estaban en una página web especializada en estas ficciones sino que eran subidas en los foros de la página de Harry Potter que solía tener la Warner Bros (hoy fuera de servicio).
En la actualidad, la autora de La desfiguración Silva (2014) y El ciclo de las piedras (2015) no escribe fanfictions. «Estuvo bien mientras era una niña, como un juego, pero ahora estoy concentrada escribiendo cosas que sí son importantes para mí y a las que les dedico todo mi tiempo libre», comentó. A pesar de ya no ser una fanfiker sí es lectora de estas historias.
«Todavía leo fanfictions, de vez en cuando. Me producen curiosidad. Busco de entre la enorme cantidad de historias una que me parezca interesante. Es difícil, pero a veces las encuentro: en una ocasión hallé una que era la reescritura de Justine del marqués de Sade pero con los personajes de Harry Potter. Porno fanfikero. Eso sí que es una experiencia», añade.
«He pensado: ¿y si intento escribir un best seller aprendiendo de las estructuras narrativas y temáticas que utilizan los fanfikers más leídos? ¡Así podría ganar mucho dinero y dedicarme a literatura todo el día sin preocuparme por nada!»
Otro caso cercano, sería el de la chilena Francisca Solar quien empezó escribiendo fanfictions y ha mostrado que se puede hacer carrera literaria después de escribir fics. «Todo lo que sé de literatura y de escritura lo aprendí en el mundo de los fanfics. Se lo debo todo», dijo Solar en una entrevista con la cadena británica BBC en 2007.
El año era 2004 y una autora desconocida llamada Frances Kaésar volvió locos a los usuarios de Fanfiction.net con su versión de lo que ocurriría en el sexto año de colegio del joven mago. Su historia Harry Potter y el ocaso de los altos elfos tuvo más de dos millones de visitas.
Ante el éxito obtenido en internet, Solar decidió presentarse en las editoriales con un libro propio y publicó su primera novela de misterio: La Séptima M con Random House Mondadori en 2006. Una continuación de esa historia, El hada de las cadenas fue publicado exclusivamente en formato digital en 2011. Los dos textos que forman parte de una saga llamada Viceversa.
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Junto a la editorial SM de Chile sacó al mercado los libros para niños Igual a mí, distinto a ti (2008), La asombrosa historia del espejo roto (2009) y Sobre Ruedas (2013). Con dos de estos títulos explora la discapacidad en la infancia, una realidad que considera debe pasar a los libros.
“Los niños con discapacidad no han tenido voz en la literatura y siento que es el momento de que la tengan”, dijo la escritora al portal bibliotecaviva.cl
El año pasado publicó su último libro de microficciones #100WritingDays junto a Confín Ediciones. Tiene un prólogo del reconocido escritor y filólogo peruano Fernando Iwasaki.
“… Lo diré alto y claro: #100WritingDays es un libro de microrrelatos a la altura de algunos de los títulos más relevantes en lengua española de los últimos años”, dice Iwasaki sobre el libro.
Con respecto a su último libro, la autora comenta en su página web que se inspiró en #100HappyDays. Ya que notó que «la mayoría de las fotos que se compartían no eran más que ‘registros’ de cosas o situaciones, como si las personas fueran simples espectadores de la felicidad en sus vidas y no creadores de la misma». Así ideó el proyecto e inició un viaje de escritura por más de tres meses.