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Seguimos hablando del terremoto en Ecuador porque es necesario. Un terremoto es precisamente eso, segundos que parecen una eternidad de miedo. Esos 7.8 en la escala de Richter del 16 de abril del 2016 dejaron escombros en el ánimo luego de tener que hacer el conteo de los fallecidos y llenarse los ojos de imágenes de edificios derrumbados, aquellos donde la gente vivía o trabajaba y hacía su vida.
Ahora ese lugar se convirtió en zona de desastre, en sitios de rescate, en pensamiento de abandono. «No están solos» se les dice a los damnificados, pero la desolación es grande, no se cura con palabras. Aunque se apacigua con agua para la sed, comida para el hambre y señales de amor para la esperanza.
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Han pasado más de diez días en los que hemos visto muestras de solidaridad masivas y conmovedoras. Hemos visto gente valiente dispuesta a levantarse del derrumbe y de las calles rotas para ayudar a quienes vivieron lo mismo que ellos, pero que tuvieron mucha peor suerte. Pedernales se ayuda de Jaramijó, Jama de Rocafuerte, Canoa de Bahía, Manta de Portoviejo y viceversa. Pon los cantones y recintos que faltan en esta lista: Muisne, Calceta y más ayudándose entre sí. Y todos ellos se ayudan de un país llamado Ecuador, que a su vez se apoya en su gente y en naciones amigas.
Pero aún nos toca seguir ayudando.
Cómo podemos ayudar a los afectados del Terremoto en Ecuador
La ayuda no se abastece por la cantidad de damnificados
Se calcula que hay alrededor de 350 mil personas que de una u otra forma se vieron afectados por el sismo. Por ahora, 29 mil de ellas están recibiendo asistencia en albergues. En esta coyuntura, las donaciones de la sociedad civil han llegado en cientos de camiones y el gobierno se ha encargado de distribuirlas así como de restablecer los servicios básicos que de a poco se van normalizando en ciudades como Manta, Portoviejo o Pedernales. Sin embargo, conseguir agua sigue siendo una dificultad. Por otro lado, la ayuda internacional ha llegado en términos de donaciones y también en líneas de crédito.
Después de estas acciones nos preguntamos qué se requiere hacer como Estado, qué políticas deben tomarse. Hablamos de inventario de daños, necesidades, presupuesto claro y objetivo cumplidos. Y qué hacer como sociedad: hablamos de tener una cultura, contingencia y madurez ante los desastres, de qué hacer en materia productiva, generación de empleo y creación de oportunidades para salir de esta situación mucho mejor de lo que estábamos.
Te explicamos las 5 medidas económicas tomadas por el terremoto en Ecuador
¿Cómo se gestionará la reconstrucción?
Se calcula que serán más de 3.500 millones dólares los necesarios para reconstruir las zonas afectadas y volver a proveer de viviendas a los que perdieron todo. Dentro de las medidas que serán presentadas en la Asamblea Nacional para financiar la reconstrucción se menciona que el incremento de 2 puntos del IVA, que lograría recaudar USD $750 millones en un año. Asimismo alrededor de 430 mil trabajadores que ganan más de 1.000 dólares en Ecuador aportarán uno o más días de su sueldo y se prevé recaudar cerca de USD $340 millones. Cuando se habla de impuestos siempre asoman las discrepancias por más justa que sea la causa. Aquí es cuando la unión sin importar banderas políticas empezó a quebrarse.
Muchas voces contrarias no saltan por la medida sino porque nace del gobierno y tienen poca confianza en el mismo. Por el contrario, partidarios del gobierno cuestionan la solidaridad de muchos cuando ya no hay selfies que registren su aporte. Y se arma un juego de dimes y diretes en donde -de forma inaudita- hay mucha gente que toma como fuentes serias a trolls de redes sociales de distintas tendencias.
Lo anterior hace perder de vista que esto no será sencillo de rehacer si no hay acuerdos mínimos entre la sociedad: pues toca urbanizar, reconstruir sistemas de servicios básicos, reanudar la atención de servicios públicos como la educación (281 escuelas fueron afectadas) y salud. Y no solo nos toca volver a empezar sino repensar nuestras estructuras de ciudad para que puedan resistir a los fenómenos de la naturaleza.
¿Estamos listos para reconstruirnos?
Pero… ¿cómo está el equilibrio de la ciudadanía? Han existido muchos exabruptos, algunos desde las cabezas visibles del gobierno ecuatoriano (el episodio del presidente Correa advirtiendo con llevar a prisión a aquellos que reclamen atención desaforadamente), cuando ellos debían ser los encargados de brindar calma y ver formas de apaciguar el stress propio de estas situaciones. Otros exabruptos desde personas que al parecer sienten cierto goce en alarmar a la población y creer que es el momento oportuno para hundir a su rival político. Por ejemplo, se mencionaba mucho en redes aquello de que militares confiscaban donaciones a civiles para luego atribuírselas. Sin embargo, no queda claro que eso haya sido cierto. ¿Por qué causar esa desconfianza en momentos así, entonces?
O por ejemplo, ¿cómo curar aquellos corazones que acosan a quienes se han movilizado a ayudar? Con fallos o no hay quienes han sido la cara visible de la solidaridad y merecen respeto. Por ejemplo, en el famoso caso de la activista Karla Morales, se cuenta que estuvo coordinando 198 viajes con donaciones y 80 vuelos de avionetas. ¿De qué forma puede ser eso reprochable?
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No importa aquí quién dio más o quién dio menos, pero sí debe importarnos cómo dar mejor y lograr transparentar las acciones institucionales por la reconstrucción de la zona afectada. Y, aunque parezca obvio, para accionar inteligentemente en casos de desastre: lo primero es mantener la calma. Personas en estado de histeria perenne contra el gobierno o la oposición no serán un aporte.
¿Existe el compromiso de no canibalizarse luego del terremoto en Ecuador?
Si creemos que como sociedad civil pudimos paliar en algo el dolor producto de un terremoto, por qué no debiéramos creer en nuestra capacidad para iluminar soluciones.
[easy-tweet tweet=»¿Vamos a seguir dejando que la política sea nuestro peor terremoto?» user=»JoseviMetal» hashtags=»#TerremotoEcuador,»]
Tenemos que estar dispuestos a reconocer errores y corregirlos en la reconstrucción de nuestra sociedad, porque corregir solamente a los funcionarios o ciudadanos que nos caen mal, será como levantar los cimientos de una casa sobre la arena del cinturón sísmico de fuego donde habitamos.
Foto: José Villacreses