Cuando tienes que decidir entre tomar vino o cerveza no necesariamente te lo piensas mucho. Sin embargo, hay quienes sí lo hacen. Ellos van más allá de cuestionar qué sabor les gusta más. Estas personas se preguntan por los beneficios para la salud que les brindan de cada una de estas bebidas alcohólicas.

Vino o cerveza, esa es la cuestión

1. El factor ebriedad

Una pinta de cerveza, que es un poco más de medio litro, y una copa mediana de vino contienen casi la misma cantidad de alcohol. Si quieres considerar cuál te embriagará más rápido, debes considerar la rapidez con la que ese alcohol llegará a tu flujo sanguíneo.

Mack Mitchell, del Centro Médico de la Universidad de Texas Southwestern, recientemente le pidió a un grupo de 15 hombres que tomaran ciertas bebidas en diferentes días. Mitchell se aseguró de que el contenido alcohólico fuera proporcional a su peso corporal y de que bebieran a precisamente la misma velocidad, en un lapso de 20 minutos. ¿Qué descubrió?

Que el vino se te sube a la cabeza más rápido. Quienes bebieron vino estaban borrachos a los 54 minutos después de tomar la bebida, mientras los que toman cervezas tardaron unos 62 minutos en llegar al tope de la ebriedad.

2. Factor Fitness

El alcohol contiene calorías, sin hablar del azúcar que hace que estas bebidas tengan tan buen sabor. Medio litro de cerveza contiene 180 calorías y un 50% más contenido energético que una copa pequeña de vino. Esto es suficiente para ponerte a engordar sin más.

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Para las personas que beben de manera moderada la diferencia parece ser mínima. Una revisión reciente de diferentes estudios llegó a la conclusión que ni los bebedores de vino ni los de cerveza tendían a engordar en el corto plazo. Sin embargo, el estudio más prolongado había durado solo 10 semanas (unos dos meses y medio), en el que los investigadores notaron ganancias mínimas en el peso.

Cabe recalcar que, si los participantes hubieran incremento de un kilo (kg) en ese lapso de tiempo, se habría traducido en una barriga cervecera de 25 kg en cinco años.

3. El factor resaca ¡Shhhhh!

Los científicos todavía no han podido conquistar a la resaca, mejor conocida como la peor enemiga de los bebedores. Todavía ni siquiera se entiende completamente qué la causa. Es probable que la deshidratación sea un factor importante, pues el alcohol nos hace orinar más líquido del que tomamos, pero también puede ser ocasionada por los subproductos de la fermentación.

Llamadas congéneres, estas moléculas orgánicas le dan a cada bebida su sabor y aroma únicos, pero también pueden ser tóxicas para el cuerpo, lo que se traduce en los dolores de cabeza y la náusea que generalmente siguen a una noche de excesos. Se cree que las bebidas más oscuras contienen más congéneres, sin embargo la evidencia es ambigua.

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Ciertos licores oscuros como el whisky parecen provocar peores resacas que el transparente vodka. Diferentes tipos de cerveza y vino parecen tener un efecto muy parecido.

4. Factor combatir enfermedades

Usualmente se dice que una copa de vino al día puede ayudar a rejuvenecer el cuerpo, reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, la alta presión arterial y la diabetes.

La ventaja en términos de fenoles la tiene el vino. Se cree que estos beneficios provienen de los «polifenoles» (que se encuentran especialmente en el vino tinto) que reducen la inflamación y limpian químicos dañinos del cuerpo.

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La cerveza está notablemente ausente de los informes que alaban los beneficios para la salud, pero también contiene polifenoles y, al parecer, ofrece beneficios modestos, más parecidos a los del vino blanco que los del tinto.

¡Alerta! Esto no te da licencia para beber sin parar, aunque si bebes con moderación, una copa de vino al día realmente sí puede ayudar a mantener al médico a distancia.

Vino o cerveza ¿cuál prefieres? Cuéntanos cuál es tu bebida preferida en los comentarios.

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