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Es probable que no notes lo que haces y por eso necesites alguien que te diga qué tipo de jefe eres. Hay varias opciones y estas se pueden determinar cuando eres consciente de lo que haces en tu trabajo y cómo te relacionas con los demás. Así que, ¡adelante! Te invitamos a realizar este test y después a leer más sobre cómo mejorar esas habilidades y debilidades que tienes.
Tipos de jefes y cómo mejorar
El test anterior te señaló un solo tipo de acuerdo a tus respuestas, pero es probable que te sientas identificado con alguno de los otros. Es por eso que te invitamos a revisar cada uno de ellos, y así mejorar cada día más. Por cierto, si tu resultado fue «el jefe equilibrado», NO quiere decir que ya no tengas nada que mejorar. Siempre hay algo más que hacer.
El amigo
Eres de los típicos jefes que les gusta hacerse amigo de todos y siempre tienes una palabra de ánimo para el equipo. Todos se sienten cómodos cuando entras a la oficina, el único problema es que muchas veces las personas se aprovechan de tu buena onda. ¿Cómo mejorar?
- Tus buenas vibras son alentadoras pero recuerda que hay momentos y momentos para divertirse. Procura proyectar seriedad en los momentos pertinentes.
- Es bueno que también mantengas límites en cuanto a tu amistad con tus empleados.
- Recuerda que debes ser justo con todos, y no solo con quienes te caen mejor.
El puras vísceras
La gente recurrentemente te tiene miedo, sin embargo eso mismo es lo que hace que se exijan más a sí mismos. Pero, hay algunas cosas que puedes mejorar:
- Ser temperamental no es nada malo, pero no dejes que cualquier cosa te saque de casillas. Aprende a respirar y relajarte en todo momento.
- Levantar la voz no es lo mismo que gritar. La modulación del tono no es nada incorrecto, pero solo gritarle a tus empleados no aumentará la productividad de nadie.
- Aunque te cueste, da aliento a las personas. No veas solo lo malo, resalta lo bueno.
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El workaholic
Tu vida es el trabajo, sí que te comprometes con cada proyecto y no te importa sacrificar tu tiempo con familia y amigos por el trabajo. Los demás se impactan al ver tu proactividad y muchos se contagian. Sin embargo, todo tiene un límite. Aquí algunas observaciones:
- No exijas a los demás que dejen su vida familiar y social. Cuando la jornada termina es decisión de cada uno si quiere continuar, a menos que sea una situación especial.
- Aprende a descansar en otros. Delega trabajo y no permitas que se acumule todo en tu escritorio solo porque quieres tener el control.
- No permitas que el trabajo consuma el resto de tu vida. El descanso es esencial para tener siempre una visión fresca de todo.
El inexperto
Eres indeciso y te cuesta mucho reaccionar rápidamente frente a una situación. Te sientes temeroso cuando te toca hablar frente al equipo, pero eres bastante comprensivo con los errores de los demás por lo que todos te consideran. Solo debes tomar en cuenta lo siguiente:
- Requieres urgentemente perder el miedo a hablar en público para poder dirigir un grupo.
- No temas a equivocarte. Eso sí, cuando eso ocurra procura explicarte frente a tus empleados. De esa forma, ellos se sentirán más a gusto y sabrán que todos están aprendiendo.
- Procura estar informado todo el tiempo de lo que los demás están haciendo, no dejes que la oficina se te salga de las manos.
« Aprovecha positivamente la frustrante burocracia de las oficinas »
El equilibrado
Todos en la oficina te quieren, sueles tomar buenas decisiones y siempre estás presto a escuchar. Eres muy seguro de ti mismo, pero eso no quiere decir que no tengas nada en qué mejorar. Presta atención:
- Confía en tu equipo, no quieras hacer todo tú solo.
- Pide recomendaciones de los demás siempre, no creas que nunca tienen nada que decir. Hay varios empleados que quisieran poder dar sus puntos de vista a sus jefes.
- No te conviertas en orgulloso porque sueles recibir buenas críticas.
Estos son los tipos de jefes más importantes, si quieres empezar a mejorar comienza a escuchar más y poner en práctica todo.