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Por: Luisana Castro
Disney es caracterizado por brindar fantasía y emoción. Por su lado Pixar no deja de lado la magia, pero con un tinte más serio y reflexivo, sobre todo en sus últimas películas, que nos muestra aquel lado con el que como audiencia adulta podemos conectar.
Soul, la nueva maravilla de Pixar es codirigida por Kemp Powers y Pete Docter,este último, reconocido por dirigir Inside Out y Up. En esta película Docter y Powers nos muestran la complejidad del alma humana, los propósitos de vida y la muerte, monstrándolo de una forma tan natural como que si fallecer fuera una transición y no un final.
Si bien es cierto las películas Disney son pensadas para toda la familia, su centro de atención es el público infantil. Sin embargo, Soul es una película que será disfrutada por los niños, pero somos los adultos quienes más nos involucraremos y conectáremos con la historia.
Este metraje nos invita a valorar las cosas cotidianas y sencillas del día a día y que lo hermoso de la vida no es obsesionarse con la meta, sino disfrutar el paisaje que nos lleva a ella, justamente en este mundo que va tan rápido y a la vez tan lento por la crisis del Covid-19. Pixar nos invita a disfrutar este viaje, que es la vida, para así no convertirnos en aquellas almas perdidas de las que habla la película.
La animación es exquisita, le da más realismo a la historia sin dejar de verla como una animación. Además, convierte a Nueva York en un personaje más de la historia, lo que resulta maravilloso porque toma hasta el más mínimo detalle de la Gran Manzana.
La música es un eterno juego con la historia. Toma al Jazz como base y conecta tan bien con la narrativa, porque somos una improvisación infinita en los compases de la vida y que se disfruta en cada nota, en cada silencio sin pensar en el final.