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En la historia de la deshumanización del planeta hay hitos que marcan a su población de manera irreversible. Ocurre eso con el Holocausto que padecieron los ciudadanos judíos en campos de concentración del Tercer Reich alemán. Ud habrá visto aquellas personas, como tú o como yo, solo que famélicos, uniformados a rayas, hombres, niños y mujeres formando un cuadro desvastador. Escenas que nos hacen preguntar cómo demonios llegamos a ese extremo.
Entonces uno recuerda la esclavitud que sufrieron los afroamericanos, los chinos, los indios, los judíos, los egipcios, persas, palestinos y un sinnúmero de pueblos, entonces el rompecabezas (o quizá llamémoslo el rompecorazones, rompealmas) tiene más lógica. El mundo patriarcal se trató siempre de conquistar y dominar. Para quienes no se dejen las técnicas de dominación o aniquilación son dististas pero el fin es similar: crear una superioridad, generar grupos de poder.
Hay quienes dudan de la magnitud y crueldad del Holocausto. Hay quienes dudan de la llegada del hombre a la luna. Hay quienes dudan de Jesucristo o la existencia de Dios. Mida usted cuál duda le parece más escandalosa.
Esta mención no tiene objetivo de plantear dudas, sino de hacer notar que dar por sentado un hecho es también desmerecerlo. Luego de 70 años, ¿qué significa para nosotros, habitantes del siglo XXI, aquel genocidio? ¿Es justo relacionar la acción bélica de Israel en Gaza para quitarle relevancia al Holocausto?
Como dato histórico, vale recordar que se considera a la llamada «noche de los cristales rotos» el 9 de noviembre de 1938, la que marcó el comienzo formal de una violenta persecución estatal del Tercer Reich alemán contra los judíos. Centenares de sinagogas fueron incendiadas, numerosas viviendas y negocios de judíos saqueados, unas 1.000 personas fueron asesinadas y más de 30.000 judíos enviados a campos de concentración.
Todo esto desencadenó en la muerte de seis millones de judíos europeos hasta que el Tercer Reich cayó en 1945. Si usted desea conocer algunas versiones de este suceso haga clic aquí.
Ayer muchos sobrevivientes llegaron a Auschwitz (Polonia) de todas partes del mundo, algunos de ellos por primera vez, desde aquella época. Rindieron homenaje a parientes asesinados por los nazis y a los millones de judíos, en vísperas de la ceremonias oficiales por el 70 aniversario de la liberación del campo por el Ejército Rojo soviético.
A todo esto, Arbeit macht frei significa «el trabajo libera». Cruel e irónico.