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Quizá nunca pensamos que debiéramos preocuparnos de la basura espacial, pero sí debemos. No contentos con contaminar la Tierra, la especie humana se ha encargado de dejar en la órbita terrestre un estimado de 100 millones de trozos de basura espacial.
Si te preguntas qué nomás se considera basura espacial, pues es todo aquel equipo perteneciente a antiguos satélites fuera de servicio, herramientas y pedazos de cohetes.
El problema con ello es que la mayoría de esos objetos se desplazan a velocidades que pueden alcanzar los 28.000 kilómetros por hora y podrían causar accidentes graves en estaciones espaciales y, de paso, dañar redes de telecomunicaciones satelitales del planeta (incluso podrías llegar a quedarte sin internet. ¡Ajá, ahora sí te preocupaste!). No va a pasar ahora, sin embargo tampoco es tan predecible el escenario.
De allí que Japón, uno de esos países que siempre están viendo más allá de cotidiano, ha lanzado un recolector de basura experimental para tratar de eliminar escombros espaciales.
Este artefacto lleva un prototipo de cuerda de sujeción, construida de hilos de aluminio y acero, con la cual pretende reducir la velocidad de la basura circulante para luego eliminarla de la órbita terrestre. Una experimentada empresa de redes de pesca, Nitto Seimo Co, ha colaborado con la agencia espacial japonesa para desarrollar el material de la cuerda, que se espera llegue a medir 700 metros.
Un gran problema de la basura espacial es que con la velocidad que lleva, hay que evitarla a toda costa, pues por pequeña que sea puede causar grandes destrozos. De allí que la Estación Espacial Internacional (EEI) haya tenido que cambiar de rumbo varias veces para evitar cualquier colisión. Otro problema es que estas partículas sigan colisionando contra sí, causando más basura espacial de tamaño reducido que congestione el espacio de navegación de los satélites.
Cabe destacar que la nave japonesa de recolección de basura no traerá esa basura a la Tierra, pues se busca destruirla en el espacio. Esto, debido a que la cuerda electromagnética lubricada debiera generar suficiente energía para modificar la órbita de los objetos y empujarlos así hacia la Tierra con el objetivo de que se desintegren al entrar en contacto con la atmósfera.
Ya ha habido otras iniciativas de otros países que ven a la basura espacial con mucho preocupación y que desean limpiarla ahora que aun parece manejable. Por ejemplo está la iniciativa europea llamada e.DeOrbit Mission; también la suiza con Clean Space One, que lanzaría nanosatélites en forma de cubos. Igualmente en EE.UU. ha habido otras propuestas como Sling-Sat Sweaper. En definitiva se han visto posibilidades como arponear, barrer, enlazar y arrastrar los residuos a la atmósfera para incinerarlos.
Si la iniciativa japonesa funciona se favorecería el funcionamiento futuro de satélites de comunicaciones y de vigilancia del clima. Uno de los contras es que para objetos más pequeños (que son los más numerosos) se requerirá otra tecnología.