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Leo que Colombia festeja. ¿Por qué un país festeja que una mujer de su país sea designada la más atractiva del universo?
De pronto el presidente colombiano Juan Manuel Santos tenga una respuesta:
Acabo de hablar con @PaulinaVegaDiep La felicité por su triunfo y sus inspiradoras palabras que nos invitan a trabajar unidos y perseverar.
— Juan Manuel Santos (@JuanManSantos) enero 26, 2015
El hecho es que alguien (en este caso Paulina Vega) pudo motivar a un país entero por una especie de gesta a nivel global, aun si esta no tiene ya la difusión y valoración que tuvo hace décadas y es fácil de tildarla como superficial e incluso concurso machista. La gente tiene derecho a sentir emociones y la industria del entretenimiento está allí para proveerlas. Está en cada quien si esta última afirmación es un peligro o una alternativa válida.
¿Se preserva un estereotipo retrógrado de la mujeres?
Paulina Vega o quienes la antecedieron en su cargo, no representan a todas las mujeres del mundo, del mismo modo que el rey de Inglaterra no representa a los ingleses, aunque sí puede fungir de vocero, porque habrá siempre algún micrófono que se enchufe para ellos. Si muchas veces los dignatarios elegidos en las urnas no son realmente un reflejo de sus pueblos, por qué tendría que serlo una Miss Universo. Se me viene al recuerdo las emociones que siente una comunidad cuando su equipo gana un torneo de fútbol, un deportista gana una medalla olímpica, un cantante de su región obtiene logros llamativos. Actos sencillos y complicados a la vez. Tan al alcance y tan lejos. Cosas con las que se pueden jugar y que aparentemente no harán daño a nadie.
Vale resaltar que las obligaciones de una Miss Universo no parecen ser complicadas, más bien parecen un sueño placentero:
- Llevar durante su reinado una corona de oro y platino (con un valor de 120 mil dólares), la tiara incluye 1.371 gemas incrustadas.
- Recorrer el mundo para participar en actos benéficos. Y debe residir durante ese año en New York, donde la Miss Universe Organization (propiedad de Donald Trump) le proporciona un departamento en el Trump Tower.
- Podría considerarse que el concurso es una extensión del juego de las Barbies, que en su tiempo ya también marcaron una evolución al variar sus medidas para hacerlas más reales, mayor cantidad de profesiones y etc.
No obstante, las reinas de cada país se las arreglan para seguir dando respuestas que luego serán parodiadas en redes sociales. Por ejemplo la Miss estadounidense al ser consultada sobre un mensaje hacia los terroristas respondió: «Como miss EE.UU. siempre puedo dar un mensaje de esperanza, amor, paz, y haría lo mejor para poder dar ese mensaje a ellos y a todos en el mundo», lo cual sonó al clásico de la paz mundial, que ya es solo un cliché en estos tiempos. Probablemente son los nervios que produce toda transmisión en vivo a muchos de sus participantes, quizá no, quizá no tenía nada más profundo que decir. Esto no quita que mensajes así, adornados por otros conceptos sean muy comunes en presidentes, ONU, y profesionales a lo largo del mundo, donde un discurso repetitivo pero vendedor no pase de ello… y muy poca gente los agarra de burla por eso.
Quizá mofarse de los Miss Universo sea también un entretenimiento vacío o desde el vacío. ¡Pero precaución! De cosas «inofensivas» y distractoras está lleno el universo.
¿Qué opinan ustedes?