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En torno al arte se presentan un montón de preguntas, sobretodo porque toda representación artística es tan distinta entre sí, que es casi imposible determinar una característica en común. Peor aún sabiendo que el arte es algo subjetivo y quienes se acercan a él lo hacen desde su propia experiencia y conocimiento. Añadamos el hecho de que no todos somos expertos en historia del arte, por lo que simplemente tenemos un acercamiento y nos preguntamos qué es lo que hace arte a eso que estamos viendo. De seguro han escuchado (o expresado) algunos de estos comentarios:
- Pero eso pude hacerlo yo.
- ¿Qué tienen de arte ese poco de rayas?
- No se ve tan bonito.
- ¡No entiendo nada!
¿Lo han escuchado, verdad? Sí, muchas personas suelen hacer esas referencias en las cuales al final todos nos quedamos con la misma interrogante: ¿Qué es arte? Pero no se apresuren, en realidad NO hay una respuesta correcta, solo hay varias perspectivas que deberíamos considerar antes de emitir un juicio.
A continuación quiero presentarles el pensamiento de algunos críticos de arte y otros artistas. Algunos contemporáneos y otros no, pero que sin duda tienen algo importante que decir al respecto.
Qué es arte, contestan ellos
El historiador de arte Ernst Gombrich es uno de los críticos más representativos de nuestra época. Su libro La Historia del Arte se ha convertido en un clásico que fácilmente puede darte una guía del arte desde la época en que el hombre pintaba en cuevas. Este es su pensamiento:
No existe, realmente, el Arte. Tan sólo hay artistas. Estos eran en otros tiempos hombres que cogían tierra coloreada y dibujaban toscamente las formas de un bisonte sobre las paredes de una cueva; hoy, compran sus colores y trazan carteles para las estaciones del metro. (…) No hay ningún mal en llamar arte a todas estas actividades, mientras tengamos en cuenta que tal palabra puede significar muchas cosas distintas, en épocas y lugares diversos, y mientras advirtamos que el Arte, escrita la palabra con A mayúscula, no existe.
El profesor de Historia y Filosofía de Arte, Donald Kuspit, propone en su libro El fin del arte que esto que vemos ahora en las exhibiciones no es más que un proceso «postarte» por el que estamos transitando. De manera que, asegura que hay una sola forma de «ser artista», que se basa en su propia valoración, y quienes se salten esto no entrarían dentro de lo que sería Arte. Su visión es un tanto castradora y no permite una pluralidad de visiones, sin embargo hay quienes afirman que es la única forma de terminar con este «todo se vale» de la época.
Arthur C.Danto, teórico del arte, escribe Qué es el arte y asegura dos propiedades principales para determinarlo: el significado y la materialización. Ambas dependen del artista y demuestran su capacidad de investigación y propuesta, además de sus habilidades para representar lo que quiere decir.
En otra postura se encuentra Clement Greenberg, quien fue el impulsor del expresionismo abstracto. Y que, además, es un hijo fiel de su época. Critica el pop art, no reconoce los logros de Duchamp y sus amigos por considerar que lo que hacen no es nada nuevo, además de ser dedicado a las masas. Más bien considera que los trabajos del expresionismo abstracto son más profundos y de mayor significado.
El teórico Roger Scruton nos habla de la importancia de la belleza en el arte, así lo asegura en un documental que ha sido traducido a varios idiomas. Él gusta de hacer este énfasis debido a que asegura que se ha hecho a un lado el valor de la belleza dentro de las nuevas instalaciones artísticas. Es decir que, para denominar a algo como arte debería impactar al espectador por sus características de belleza, que elevan al ser humano y transmiten un mensaje de manera espiritual.
« Roger Scruton no aprobaría el hiperrealismo grotesco »
Y, por supuesto, los artistas también hablan y tratan de darle un concepto a eso en lo que trabajan. Aquí algunos:
«El arte es el hombre agregado a la naturaleza», dice Vincent van Gogh.
«El arte es sobre todo un estado del alma», asegura Marc Chagall.
«Un cuadro debe ser pintado con el mismo sentimiento con que un criminal comete un crimen», sentencia Edgar Degas.