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Es probable que hayas escuchado últimamente sobre el Presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte. Ha tenido algunas declaraciones muy polémicas y sin embargo su popularidad sube cada vez más en dicha nación. ¿Por qué? Al parecer su imagen de hombre que hará cualquier cosa por cumplir su misión se está ganando a la gente. Sin embargo, la opinión internacional no es tan favorable y no parecen ayudarle a cambiar su imagen acciones como insultar a Obama, mostrar el dedo ‘malcriado’ (el medio) a la Unión Europea, una broma sobre una violación o proponerse a matar a los drogadictos masivamente.
¿Cómo llega al poder alguien violento?
Rodrigo Duterte, 71 años, ganó las elecciones con un 39% de los votos. Aunque no fue masivo su triunfo, su contrincante sí estuvo lejos de ganarle (más de 15 puntos porcentuales de diferencia). Desde junio arrancó un mandato único de seis años. Y no ha perdido tiempo en ratificar su principal promesa de campaña: matar tanto a traficantes de drogas como a los adictos. Estimó que acabar con 100 mil en seis meses sería un gran paso. «Estos hijos de putas están destruyendo a nuestros hijos», señaló sin pelos en la lengua.
“Estoy encantado”, dijo el ciudadano filipino Virgilio Mabag al New York Times, «es la única ocasión en que he visto a un presidente como este, que dice exactamente lo que quiere decir”. Por eso ya le advirtió a su hermano que sufre adicción a las drogas, que se prepare para morir.
Ocurre que cuando los ciudadanos eligen a un líder para gobernar su país, la percepción general es que esa persona estará a cargo de resolver los problemas de la sociedad. Muchas veces es utópico pensar que de una sola persona depende el desarrollo de una nación, pero si las cosas van mal le harán responsable. Hay países que prefieren líderes con una carácter más bien administrativo; pero hay regiones que suelen preferir autoridades viscerales, pintorescas y que parezcan no temer a ningún otro país.
«Durante los próximos dos años mi país será libre de la presencia de tropas extranjeras; quiero que ellas se larguen», dijo Rodrigo Duterte en la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático en Japón.
De allí que líderes populistas y agresivos -y por lo general machistas- cautiven a multitudes especialmente en Latinoamérica, África y países del sudeste asiático como Filipinas, que ya tenía como antecedentes un gobernante hostil como Ferdinand Marcos. Últimamente parece que Estados Unidos también se siente atraído por ese estilo, con Donald Trump (ya antes G.W. Bush había sido elogiado por su agresividad).
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Para la sicóloga Patricia Ramírez, del Huffington Post, así como hay personas con trastornos sicológicos que los hacen caer en la violencia, hay también otro tipo de personas que aprendieron a comportarse de forma violenta, para utilizar esta conducta en miras de obtener poder. Lo cual indicaría que un presidente violento es consecuencia de una sociedad que cree en la violencia como un estilo de vida que funciona.
«Yo estoy librando una guerra (…). Los filipinos están pidiendo a gritos justicia por los crímenes a manos de los narcotraficantes»
– Rodrigo Duterte, presidente de Filipinas.
¿Qué ha dicho el Presidente de Filipinas?
«Esta campaña seguirá en vigor hasta el último día de mi presidencia, si estoy vivo para aquel momento. No me importan los Derechos Humanos, créanme», dijo Duterte cuando se ha mencionado que han muerto cerca de mil personas por ejecuciones extrajudiciales.
«Tienen 24 horas para apersonarse en sus unidades o los voy a machacar», dijo cuando reveló un listado de 159 jueces, alcaldes, legisladores, policías y militares presuntamente vinculados con el narcotráfico. Añadió que si no se entregaban enviaría a las Fuerzas Armadas por ellos. Además ofrece cerca de 41 mil dólares de recompensa a quienes denuncien a corruptos.
«Si en Alemania tuvieron a Hitler, en Filipinas ya saben…»
Duterte se comparó con Hitler en su cruzada por exterminar a los drogadictos. Luego se disculpó por usar esa referencia, mas no por su plan. Él cree firmemente en matar a tres millones de drogadictos que calcula que hay en su país.
«Ya les dije que se jodan»
Al presidente no le agradó que la Unión Europea alerte sobre ejecuciones extrajudiciales, así que no dudó en lanzarles el famoso «fuck you» que vemos en tantas películas y usan millones de personas, pero que no suele formar parte del vocabulario público de los presidentes. De paso les mostró el dedo.
https://youtu.be/ZHVUBC3qrYg
Obama no se libró
Muchos de los insultos de Duterte van acompañados de una acusación. Llama hipócritas a la UE, ONU y EE.UU.porque menciona que ellos también han matado o mandado a matar a millones de personas, mientras él está empecinado en erradicar a criminales. Por eso, ante un comentario de Obama, él lo insultó sin miramientos: «hay que tener respeto, hijo de puta».
Obama suspendió su reunión con Duterte, pero trató de tomarlo a la ligera.
‘Broma’ de Duterte sobre violación y disculpas
Si hasta ahora consideran que las actitudes de Duterte son propias de una especie de antihéroe que representa a los ciudadanos hastiados de la criminalidad y de la política de las naciones fuertes, quizá congenia con el 86% de filipinos que apoyan la gestión de su presidente. Es decir, luego de ascender al poder subió mucho su popularidad (hasta el 91%) y tras esta serie de declaraciones solo ha descendido 5 puntos porcentuales en estos meses.
No obstante hay un incidente que ocurrió durante su campaña que va más allá de la batalla contra el crimen. Sucede que una misionera australiana fue violada y asesinada en 1989 en Davao. A inicios de año el entonces candidato Duterte lamentó aquella violación, como muestra de la criminalidad que ha azotado Filipinas, pero de repente mencionó algo perturbador: «Era tan guapa… ¡El alcalde debió haber sido el primero (en poseerla)!». Duterte ha sido Alcalde de Davao durante 22 años en varios periodos y lo era durante el asesinato de la misionera australiana. Él siempre se ha jactado de haber convertido a Davao en una de las ciudades más seguras del mundo gracias a su política de exterminar a criminales (se le acusa de organizar escuadrones de la muerte).
Aunque en principio fue reacio a disculparse, pues consideró que solo contaba los hechos y que no bromeaba sino que fue fruto de la rabia su declaración (aunque la gente sí ríe en el video). Luego Duterte se disculpó con estas palabras: «Le pido perdón al pueblo filipino por mis recientes comentarios durante un mitin (…) No tenía la intención de faltar al respeto a nuestras mujeres ni a los que han sido víctimas de este crimen horrible. A veces me sale lo peor de mí por la boca».