Sobre estas líneas se muestra Una danza para la música del tiempo, del pintor francés Nicolas Paussin. La obra demuestra -más allá de todas las interpretaciones de la pintura- que en el cielo y en la tierra se baila. Este movimiento, a veces sutil y en otras ocasiones bastante brusco, es lo que se denomina baile. Los músculos se contraen, como si inhalaran y exhalaran, y así según el parecer del bailarín: se mueven. El ritmo de la música es importante pero no determinante. Danzar puede ser una actividad solitaria pero también masiva, así como puede ser ocasión de amor u odio. ¡Todas las emociones humanas encerradas en movimiento!

Por eso, con mucha razón la Unesco en 1982 -por iniciativa del Comité de Danza Internacional del Instituto Internacional del Teatro- decidió que cada 29 de abril se celebraría el Día Internacional de la Danza. Se eligió este día por ser el natalicio del conocido representante del baile moderno Jean-Georges Noverre, este coreógrafo francés vivió entre 1727 y 1810. Y, como todos los años una eminencia en este arte se dirige al mundo con un mensaje. En esta ocasión Israel Galván, coreógrafo de flamenco español, dice:

Pero no, razas y religiones y credos políticos, ¡todo se mezcla!, ¡todos pueden bailar juntos!. Quizás no agarrados, pero sí unos al lado de los otros.

Es así que diferentes ciudades del mundo se preparan con una agenda bastante movida. Por ejemplo, en Guayaquil se realizará en el Centro de Arte -con entrada libre- a las 19:00 la jornada Celebrando la danza; en Quito se han realizado un sinnúmero de actos durante la semana, además la capital ecuatoriana se prepara para la Cumbre Ecuatoriana de la Danza 2016. En países como Colombia se han levantado grandes proyectos por este día, en esta ocasión el Ministerio de Cultura invita a  utilizar el hashtag #CelebraLaDanza. Así también en Barcelona hoy Dansa Solidària prepara una presentación para ayudar a sectores desfavorecidos de la sociedad. De forma que en todas partes del mundo se esta celebrando este día, entonces ¡a bailar!