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Era el día en el que aprendería a preparar un mug cake fit, pero yo todavía no lo sabía. Eran las 6:00 de la mañana, estaba cansada. Oía a uno de mis tres gatos maullar pidiendo su alimento, otro intentaba ablandarme el pecho para echarse una siesta. ¿Dónde estaba el tercero? Me levanté pensando en las ganas que tenía de dormir de nuevo.
Cuando tienes tres gatos, las mañanas no son fáciles. Tuve que atenderlos: limpiar areneros, darles comida, cambiar el agua, ordenar los juguetes. Total, se me hizo tarde. Tenía que salir corriendo para llegar al gimnasio a tiempo, así que unos snacks para antes de entrenar fue lo único que comí.
Llegar fue raro, más de lo normal. Desde que empecé a ir al gimnasio tengo una sensación extraña al entrar por la puerta. Tal vez sea porque siento que he sucumbido ante la moda fitness, aunque solo vaya tres días a la semana, haga solo 30 minutos de ejercicio y nada de dieta (me da pereza). Puede que sea porque siempre hay chicas bailando, dando vueltas por el sitio para cambiar de máquina, sus trajes coloridos y… ¡¿Qué está haciendo esa mesa en la mitad del circuito?!
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Ahí, en el habitual espacio vacío que queda en medio de todas las máquinas del gimnasio estaba Olga Carmigniani, la entrenadora. Vestida como siempre, con sus camisetas y licras llamativas, pero sosteniendo una fruta en la mano. “Vamos a empezar el taller de Mug Cake Fit”, dijo.
Miré a todas partes. Había más personas que seguían el ritmo del entrenamiento sin inmutarse por la presencia de ese elemento poco habitual. Olga hablaba de las bondades del pastelito.
“Cuando contiene avena o harinas es ideal para el desayuno antes de entrenar porque te va a dar energía sostenible durante el ejercicio”, dijo Olga.
“Puede ser un snack durante el día y también es útil cuando estás a dieta y quieres algo dulce, porque en lugar comer un postre lleno de calorías vacías con este mug cake fit comes algo que sí te va a nutrir y es delicioso”, explicó Olga.
Cada ingrediente de la torta personal de microondas tenía un propósito, según iba explicando la coach. El banano provee los carbohidratos que se necesitan para mantener la energía durante la actividad física y “previene calambres, controla el colesterol”. El huevo entero tiene en su yema proteínas y minerales que son buenos, pero “no hay que consumirla en exceso”, advirtió Carmigniani.
El resto de las chicas del gimnasio se tomó un descanso al ver que el mug cake estaba casi listo. ¡Todas querían probarlo! Seguía tan paralizada como cuando entré. Mi único ejercicio de la mañana estaba consistiendo en cargar mi cámara de fotos.
La canela “baja la presión arterial, reduce el azúcar en la sangre y es un antiinflamatorio natural” continuó Olga. El chocolate, por su parte da energía, tiene flavonoides y “antioxidantes que protegen nuestras células, reducen la presión, y mejoran el flujo de sangre al corazón y cerebro”, remarcó.
Los mug cakes estaban listos para ser probados. El gimnasio dejó de ser un sitio para ejercitarse por unos cuantos minutos y se convirtió en una verdadera clase de cocina con degustación incluida. Ese día terminé saliendo del gym sin sudar, pero con una receta de incalculable valor.
Mug Cake Fit de chocolate (con opción vegana)
Una torta personal de microondas con solo 210 o 300 calorías.
Ingredientes:
- 1 Banana
- 1 Huevo (si eres vegano reemplaza por puré de manzana)
- 1 cucharada de chocolate orgánico sin azúcar
- 1 cucharadita de canela
- 3 cucharadas de avena en hojuelas o de harina de coco o almendras (opcional)
Preparación:
- Pela el banano y ponlo en un plato junto con el chocolate (si lo prefieres puedes usar una licuadora).
- A la pasta agrégale el huevo, la canela y las hojuelas de avena.
- Machaca el plátano hasta obtener una pasta.
- Revuelve hasta que todos los ingredientes se hayan integrado y no queden grumos.
- Hecha la mezcla en una taza y ponla en el microondas por 2 minutos.