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Una larga fila se formaba para ingresar por una puerta de cartón a una casa hecha con finas planchas de madera. La casa, tenía tres puertas y estaba ubicada en la Urna Norte del Palacio de Cristal de Guayaquil (Ecuador). Detrás de la puerta, te esperaba una de obra de microteatro.
Microteatro en el Funka Fest 2016
La tarde del viernes 24 de junio, fecha de inauguración del Funka Fest, la primera obra en presentarse fue En Callao que contaba con la actuación y dirección de Michy Zelaya. El escenario era una habitación pequeña, donde solamente una veintena de personas podían disfrutar de la interpretación. Así es el microteatro, te lo da todo en formatos pequeños: sala pequeña, público reducido y de duración corta.
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Al salir por la puerta de cartón y mientras esperabas unos minutos para acceder a la siguiente función, podías ir al bar a comer algo. Estaba junto a la estructura de madera y formaba parte del conjunto. «También nos conocen por nuestras micheladas y mojitos y sánduches de pesto», dijo Andrea Andrade, productora de microteatro. Las siguientes dos obras fueron El cumpleaños de NI de José Rengifo y Última función de Gerson Quinde y Johnatan Quinde.
Las funciones siguieron durante los tres días del Funka Fest, por lo que el sábado a la tarde se pudo ver otras tres obras de teatro. «Las obras que se presentan las escogimos por el éxito que han tenido», dijo Andrade.
El sábado abría la jornada Cordiales enemigos. Una pieza corta donde un agente de policía y un ladrón comparten una charla en la que se dan cuenta de que tienen más en común de lo que les gustaría reconocer. Y donde frases como «No existe la persona honrada» o «el rico también roba» se quedaban taladrando en la cabeza.
Por su parte, los personajes de El don del idílio tenían problemas distintos. La mujer te daba paso a la sala y una vez dentro empezaba a hablar de varios temas, entre ellos la actuación, las citas y el amor. Tirándose al suelo la actriz Alejandra Paredes decía «Efemia a ti te heredo mis joyas», seguido de un largo y lastimero «veo la luz».
Pronto su pareja llegaba a hablar con ella y discutir. Ambos se veían en un desencuentro donde «algunos mueren de hambre y otros morimos de amor», dice el personaje de Juan José Jaramillo. Lo que hace a la obra bastante graciosa, es el uso del público como recurso: «¿Me tienes el celular un momento? No me revises los mensajes», «No puedo cerrar bien, tu puerta es de cartón» metían a los espectadores en la escena.
El domingo tuvo a Ni celebrando su cumpleaños por tercer día consecutivo. ¿Quién es? Pues una rodilla cumpleañera que hace comedia sin usar las palabras al estilo de Mr. Bean. La música juega un papel importante en esta pieza que fue creada, actuada y dirigida por José Rengifo.
Ese día se presentaron dos comedias y un único drama. Andrea Andrade, explica que lo hicieron así porque ese día asistirían más niños. Así que aparte de Ni, estaban en escena Volados, una comedia clown donde actuaron Gerson Quinde, Alex Visuete y Kathy García dirigidos por Jessica Páez.
El drama estuvo a cargo de Tinta Roja donde un escritor y un inspector se encuentran en una situación incómoda: existe un gran número de muertes recientes y uno de ellos es el sospechoso principal. Aquí los actores José Andrés Caballero y Fernando García vuelven a estar en una escena policial.
¿Por qué la conexión entre los actores y el público de este tipo de teatro es especial?
“Es una experiencia más intensa (…) Poder ver a los actores a los ojos, verlos respirar, sudar (…) Poder oler el café que toman”, explicó el docente Jaime Tamariz.