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Colaboración de: Javier Celi
Todo empezó en 1970, estaban tres fanáticos de la ciencia ficción, el cine y los cómics con una idea singular: llevar a cabo una mini-convención en el hotel Golden State bajo el nombre de San Diego’s Golden State Comic-Minicon. Este duró un día y tuvo como objetivos recaudar fondo y generar interés para formalizar una convención más grande a futuro.
El éxito fue tan rotundo, que el mismo año la convención volvió a presentarse en San Diego, pero con una duración de tres días y ahora se llamó San Diego’s Golden State Comic-Con.
Pero más cambios de nombres vendrían hasta establecerse en 1973 como San Diego Comic-Con. Esta vez la convención no solo giraba en torno al cómic, sino que se extendió a la literatura fantástica y el cine. Dicho formato perduraría hasta 1995, cuando adquirió proyección internacional y se convierte en el fabuloso Comic-Con International: San Diego.
Gracias a este evento se abrieron oportunidades en más ciudades estadounidenses, donde uno de los acontecimientos masivos es el New York Comic Con. Allí se presenta lo último en cómics, novelas gráficas, anime, manga, video juegos, juguetes, películas y televisión. Además los visitantes pueden interactuar con los creadores de sus comics favoritos y enterarse de novedades y detalles sobre los cómics a lanzarse. Es algo que hay que vivir.
Una experiencia en el New York Comic Con
¡Y lo vivimos! Ha pasado un tiempo ya, cuando pude asistir al Comic Con 2008, y estoy seguro de que el espíritu del evento de entonces no ha cambiado. Aquella vez participaron de la convención Guillermo del Toro, Ron Perlman, Salma Blair y Doug Jones publicitando la película “Hellboy II: The Golden Army”. Lo mismo hicieron Frank Miller y Eva Mendes para promocionar “The Spirit”. También estuvieron el eterno Stan Lee, Lou Ferrigno, David Lloyd dibujante de V for Vendetta y muchísimo más.
Pero mi visita al Comic Con fue para conocer a Alex Ross, notable dibujante de cómics para Marvel y Kingdom Come. He podido coleccionar casi todos sus trabajos y encontrarme con él me daba enormes expectativas.
Ese día había llegado un poco tarde y había tanta gente en la fila para comprar una entrada que mi ansiedad crecía. Hasta que al fin llegué a la caja, allí una persona muy amable me preguntó de donde era yo, a lo cual le respondí que de Ecuador y me dijo que estaban muy contentos de que a su convención vengan de diferentes partes del mundo.
Es así como entré y empecé a caminar, pero no encontraba el lugar donde estaba Alex Ross, me acerqué a un stand y me dijeron: “el señor Ross está firmando autógrafos al final del lugar”.
Comencé a correr para poder ir lo más pronto. Cabe recalcar que la convención era en el Centro de Convenciones Jacob K. Javitz que es sumamente grande… pero a lo que llegué una persona de la seguridad de la convención me dijo que el señor Ross ya no iba a firmar un autógrafo más.
Comprenderán la mezcla de rabia y decepción que sentí en aquel momento. Después de tomar un respiro para asimilarlo, ya estaba guardando el cómic que llevaba para ser firmado. De repente, la organizadora del stand de Alex Ross se acercó y me dijo «no te vayas». Vi una esperanza. Y después de esperar 5 minutos, que se hicieron eternos, ella llegó con un ticket (que yo no sabía que debía comprar previo a hacer la fila en el stand) y me lo dio en la mano. Le dijo a la seguridad que me deje pasar y fui el último en hacer la cola.
Cuando llegué hasta donde Ross, pude decirle que venía de Ecuador, que admiraba su trabajo y que era un gusto poder conocerlo. Una meta cumplida digna de contar a la especie humana.
Es así como me llevé la mejor impresión del New York Comic Con, porque la personas que asisten y trabajan sea siendo como voluntario o por un sueldo tiene una conexión con quienes asistimos a estos eventos. Esto que les cuento fue hace años, pero cada evento sigue trayendo experiencias inolvidables que incluso desde el internet pueden asombrar.