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Bajo la etiqueta #LoveWins, el año pasado la Corte Suprema de Justicia aprobó el matrimonio igualitario en Estados Unidos (EE.UU). Después de tan corto periodo de tiempo se ven los primero cambios sociales: el porcentaje de parejas de hecho del mismo sexo casadas aumentó del 38% al 49% en todo el país.
Matrimonio Igualitario en Estados Unidos
El 26 de junio de 2015, la Corte Suprema, en el caso Obergefell vs. Hodges, revocó la prohibición del matrimonio a personas del mismo sexo en los 13 estados en los que todavía aquellas uniones no estaban legalizadas. Desde entonces, la tasa de parejas del sexo creció en aquellos los 13 estados, aunque también lo hizo en los demás. Al alza fue ligeramente mayor en los primeros, que aumentaron 13 puntos frente a 10 puntos, según datos recolectados por la encuestadora Gallup Daily entre 2015 y 2016.
Gallup estima que en la actualidad un 3,9% de los adultos estadounidenses son lesbianas, homosexuales, bisexuales o transgénero (LGBT). Así mismo, dentro del grupo de adultos de Estados Unidos, un 0,4% estaría habría contraído matrimonio con una persona del mismo sexo.
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Basándonos en estas cifras, se puede estimar que 981.000 adultos estadounidenses están casados con una persona del mismo sexo y, por tanto, existirían 491.000 matrimonios homosexuales en EE.UU. Habían unas 368.000 uniones maritales homosexuales el año pasado, por lo que existieron 123.000 bodas en el último año.
Lo que quiere decir que 1 de cada 10 adultos LGBT está casado.
Los datos de Gallup muestran un claro aumento de los matrimonios entre parejas del mismo sexo desde el cese a su prohibición por parte de la Corte Suprema. Sin embargo, una actualización de la encuestadora sugiere que la tendencia ha iniciado su estabilización, sobre todo porque la población LGBTI en Estados Unidos es joven, por lo que aún no llegan a ese momento dónde comienzan a considerar seriamente el matrimonio.
No todo ha sido aceptación en el país norteamericano. Desde le fallo a favor del matrimonio igualitario en Estados Unidos, algunos estados han encontrado formas de limitar las libertades de las personas LGBTI como el uso de los baños en las escuelas públicas, una situación donde los derechos de los estudiantes transgénero están en el centro de la tormenta.
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El matrimonio igualitario en Estados Unidos no fue bien acogido por algunos sectores sociales que defienden su derecho a «negarse a participar» de nupcias entre personas del mismo sexo. Han llegado a varias cortes, casos de discriminación como la del pastelero que no quiso hacer un pastel de bodas para una pareja homosexual en Colorado, los floristas y organizadores de eventos de Nueva York e Ilinois que se negaron a prestar servicios a dos parejas homosexuales.
Mississippi, Georgia, Dakota del Sur y Carolina del Norte han promulgado leyes destinadas a proteger a quienes nieguen servicios y productos de sus comercios a personas LGBTI alegando «objeciones religiosas». En Tennessee y Kansas se aprobaron leyes similares aunque menos radicales.
Las cosas parecen estar saliéndose de control cuando en Mississippi se protege a quienes niegan servicios a otros basados en sus preferencias sexuales y en Carolina del Norte no se puede establecer leyes que protejan a las personas basadas en la orientación sexual.
Un año después de lograr un histórico hito en el camino hacia la igualdad y equidad ante las leyes estadounidenses, muy poco es lo que se ha logrado. Solamente 22 estados han promulgado leyes que protegen a las personas LGBTI contra la discriminación en las ofertas de empleo, obtención de viviendas y alojamiento público.
¿De qué te sirve poder casarte si al día siguiente pueden despedirte por ese mismo hecho?
Una batalla entre quienes defienden los derechos de la comunidad LGBTI y otros sectores más conservadores ha empezado y lo que resulte de ella afectará a las futuras generaciones.