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Los hogares que se forman por parejas que tienen hijos de otras relaciones anteriores forman familias diversas. La consejera británica Suzie Hayman, en su libro Mis hijos y tus hijos: crear una nueva familia y convivir con éxito define, dentro de las familias diversas, a las familias reconstruídas como aquella “que incluya a niños que están emparentados con un miembro de la pareja, pero no con el otro”.
Juan Pablo Paz y Michele Portaluppi son dos esposos guayaquileños que formaron una familia diversa hace poco más de un año cuando decidieron casarse. Cuando se conocieron Juan Pablo tenía tres hijos de 13, 7 y 3 años; mientras que Michele tenía uno de 4 años.
«Al principio yo no quería estar con alguien que ya tenía tres hijos, aunque él me molestaba y me decía que yo iba a ser su novia. Poco a poco me fui dando cuenta de que Juan Pablo era un hombre maravilloso, buena persona y un papá amoroso y responsable «, cuenta Michele.
Normalmente los psicólogos aconsejan que cada padre hable con sus hijos para explicarles la nueva situación antes de presentarles a su pareja. Así, solo cuando cada uno de ellos se lleve bien con los hijos del otro y tengan confianza, armen una salida donde junten a todos los niños. Sin embargo, para Juan Pablo y Michele no fue así.
«Nos conocimos por un amigo común y fuimos amigos durante un tiempo antes de empezar a salir. Los niños se conocieron cuando eramos amigos y se hicieron panas. Siempre salimos con los chicos, nuestra relación fue seria desde el comienzo», apunta Juan Pablo.
Matrimonio: la nueva familia
Cuando decidieron casarse y formar su nueva familia, Juan Pablo y Michele hablaron con sus hijos para explicarles la nueva situación y contaron con la aprobación de todos ellos. En la casa de los Paz-Portaluppi conviven todos los días el hijo mayor de Juan Pablo y el hijo de Michele, mientras los otros pequeños solo se suman a esta familia diversa algunos fines de semana.
«La principio fue difícil, es distinto estar casados, pero nosotros nos unimos a un grupo de parejas que nos unió y nos dio las herramientas para tener un matrimonio feliz».
Los expertos aconsejan que para hacer frente a estas situaciones que pueden crear roces lo mejor es darle tiempo a los chicos y, en la medida de lo posible, su propio espacio. Aún si los niños solo pasen en el hogar común los fines de semana es importante que todos conozcan las reglas de convivencia y dejar que ellos escojan su habitación, dejen allí objetos personales y que se respete su privacidad.
«Antes de vivir juntos tuvimos que hablar de las reglas de la casa, ponernos de acuerdo en ellas saber cómo manejar las situaciones cotidianas. Los niños deben tener reglas claras para sentirse seguros y no vivir en un ambiente desordenado», explica Michele.
La convivencia de los niños en el hogar de los Paz-Portaluppi es buena y más ahora que entre los chicos hay un hermano en común. «Los chicos se sienten más conectados con el nuevo hermanito y entre ellos. Los dos, que viven con nosotros, vienen a verlo y están encantados. Siempre fuimos una familia, pero ahora ellos sienten que somos más familia», explica Juan Pablo.
¿Cómo son las familias diversas que tú conoces?