Novelista y ensayista guayaquileño, Joaquín Gallegos Lara es recordado por ser el responsable de que aquella masacre del 15 de noviembre de 1922 sea recordada hasta hoy. «Las cruces sobre el agua» (1946) es la novela cumbre del escritor ecuatoriano. La obra literaria, de tinte realista, sitúa a sus personajes en los sectores más humildes y marginados del espacio urbano para luego hacerlos participar del trágico suceso de la historia ecuatoriana. Sin duda, esta es una de las obras clásicas de la literatura ecuatoriana, pero esto no es lo único que escribió Gallegos Lara.

El libro «Los que se van» (1930) está compuesto de 34 relatos escritos por Demetrio Aguilera Malta, Joaquín Gallegos Lara y Enrique Gil Gilbert. Los tres junto con José de La Cuadra y Alfredo Pareja Diezcanseco después conformarían El Grupo de Guayaquil. Cada uno de los cuentos en «Los que se van» se sitúa en el ambiente propio del campo de la costa ecuatoriana, allí tienen protagonismo el montubio, el cholo y el negro. Quizás, uno de los cuentos más memorables de Gallegos Lara es «Guaraguao» donde el personaje principal tiene una de estas aves, la cual lo protege hasta el último de sus días… En condiciones extremas para el animal.

Pero además de este libro de cuentos, el guayaquileño escribió dos textos ensayísticos: «Biografía del pueblo indio» y «Escritos literarios y políticos». Gallegos Lara tiene algunos versos bajo el brazo, aunque esta es la faceta menos conocida. Títulos como: Despedida del hogar (1926), Bandera roja (1934), Film ferroviario (1937) y otros más. Acá una muestra de un fragmento de sus versos:

Si con una hacha se labrase sobre el tronco

de un guayacán o de un pechiche, brotaría

menos pujante que el montuvio, menos bronco,

algo, a lo que faltara el alma todavía.

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