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El idioma y la personalidad están más unidos de lo que pensabas, según un estudio de la Universidad de Connecticut realizado en 2006 por Nairan Ramírez-Esparza, profesora de psicología social. El lenguaje que utilizamos condiciona la manera que tenemos de ver entender y conceptualizar el mundo. A esto se lo conoce como la hipótesis de Sapir-Whorf. Aunque algunos de los experimentos llevados a cabo parecen confirmarla, al menos de manera parcial, la comunidad de lingüistas no parece ponerse de acuerdo.
La relación entre idioma y personalidad
El estudio liderado por Ramírez-Esparza y su equipo pidieron a un grupo de mexicanos bilingües que hicieran un examen de personalidad tanto en inglés como en español. La prueba permitía medir los rasgos de la personalidad basándose en las cinco grandes facetas: extraversión, amabilidad, apertura, consciencia y neuroticismo.
Los resultados apuntaban a que los sujetos obtenían puntuaciones más altas en extraversión, amabilidad y conciencia cuando hacían la prueba en inglés. Así mismo, el equipo pidió a los sujetos que escribieran una breve descripción de sus personalidades en ambos idiomas. Cuando escribían en español, los sujetos hablaban de sí mismos en relación con los demás, con sus familias, mientras que cuando lo hacían en inglés se referían a sus logros y a sus actividades diarias.
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La conclusión a la que llegó Ramírez-Esparza es que una lengua, cualquier tipo de lengua, no puede separarse de los valores culturales que conlleva ese idioma.
«Te ves a ti mismo a través de los valores culturales de la lengua que hablas», comentó Nairan Ramírez Esparza a la revista Quartz.
Esto explicaría los resultados del estudio: la cultura estadounidense es más individualista, con tendencia a la asertividad, al logro personal y a la amistad superficial, mientras que la cultura mexicana es menos individualista y tiende a centrarse más en la comunidad y en las relaciones que las personas tienen entre ellos. Así las personas bilingües, con una sólida base en varias culturas, pueden cambiar su personalidad dependiendo del idioma que utilicen.
El contexto es importante
El contexto en el que aprendes el segundo idioma es importante ya que la relación con la cultura será muy fuerte si, por ejemplo, estudias mandarín en China, pero no se dará si lo haces en otro sitio. La cultura se irá incorporando en ti en el país natal de la esta lengua extrajera, se creará una identidad. En caso contrario, lo que obtendrás será una mezcla entre los estereotipos y nociones que tú tienes de esa cultura con los que tenga tu profesor.
Si aprendes el idioma sin contexto alguno tu personalidad no cambiará. «Si sodo lo usas para traducir frases descontextualizadas como ‘la pluma de mi tía está sobre la mesa’, no desarrollarás ninguna identidad», explica Jill Hadfield, profesor de idiomas en el Instituto Técnico de Unitec en Nueva Zelanda, en una entrevista a Quartz.
El caso es que cuando se aprende un nuevo idioma no solo se está memorizando un montón de vocabulario y de reglas gramaticales, sino que también se asimila un conjunto de valores culturales que tienen la capacidad de conformar nuestra identidad y enriquecer nuestra personalidad.
¿Has visto cómo el idioma que hablas cambia tu personalidad?
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