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Siria sigue siendo una bomba que estalla constantemente. Es muy difícil vivir allí y tener motivos para reír por los constante ataques que sufre por parte de distintos bandos. Desde hace semanas la ciudad de Alepo se ha visto inmersa en múltiples ataques de avión enviados por las fuerzas que apoyan al gobierno del presidente sirio. Cabe recordar que desde 2012 la ciudad está ocupada por ejércitos rebeldes y también por extremistas de la Yihad. El gobierno ha tenido grandes avances y ha recrudecido la fuerza militar para recobrar el control de la ciudad.
Y como en todo conflicto, suelen ser los civiles los mayores afectados. En este caso una de las víctimas fue Anas Al Basha, quien se hizo famoso como el ‘payaso de Alepo’, pues hay varios videos de él compartiendo con niños y haciéndolos olvidar por un momento de la guerra.
Según su hermano Mahmud, el ‘payaso de Alepo’, Anás había rechazado abandonar la asediada Alepo para «continuar su labor como voluntario ayudando a los civiles y dar regalos a los niños en las calles para traerles esperanza» .
El bombardeo ocurrió sobre el barrio de Mashhad. Él tenía 24 años y se había casado hace dos meses. Trabajaba como director de un centro de una ONG llamada Space of Hope (Lugar de Esperanza), una de las iniciativas locales que operan en Alepo.
«Él vivía para hacer reír a los niños y dar felicidad en el lugar más oscuro y más peligroso».
– Mahmoud al Masha, hermano del ‘payaso de Alepo’
https://youtu.be/VJEYZHiZHKI
Los comentarios en internet sobre la muerte del sonriente activista social sirio son variados. Hay quienes muestran mucha tristeza y admiran el valor del joven. Hay otros que mencionan que noticias así son parte del lobby mediático que se realiza desde Occidente e Israel para ganar simpatía hacia los opositores al régimen del presidente sirio Al Bashad. Más allá de cuestiones políticas que parecen intransigentes desde hace décadas y siglos, el hecho real es que sigue habiendo muchas muertes y los niños siguen siendo el grupo más afectado del conflicto. Por ejemplo, en la últimas semanas el 60% de los 31.500 civiles que han abandonado sus hogares en el oriente de Alepo son niños.
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Por su parte, Samar Hijazi, supervisora de Anás, dijo que le recordará como un amigo que amaba trabajar con los niños.
«Él montaba comedias para los niños para romper las barreras entre ellos», dijo a AP.
La ONG Space of Hope donde trabajaba Anás, ofrece terapia y asistencia económica a unos 365 niños que han perdido a uno o a ambos padres en las zonas ocupadas por los rebeldes y extremistas. «Lo único que Anás quería era llevar felicidad a los menores de Alepo, Anás no es un terrorista», recalcó su hermano Mahmud.