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Seguramente has buscado la explicación científica del placer cuando te has topado con personas que no tienen los mismos gustos que tú. El placer parece ser algo sumamente subjetivo que no se encuentra determinado por nada, simplemente a unas personas les gusta más unas cosas que a ti no. Sin embargo, varios investigadores se han realizado las mismas preguntas y han desarrollado estudios sobre la ciencia del placer. Porque sí, detrás de todo esto hay una serie de características que llevan a una persona ha sentir, desear comer, hacer, reír de algo en específico.
Entonces, hay varios puntos que debes entender sobre la explicación científica del placer:
- Cada vez que sentimos placer, en nuestro cerebro las células nerviosas producen una sustancia química llamada 3,4-dihidroxifenilalanina, mejor conocida como dopamina. Y eso, es lo que hace que sintamos más placer aún.
- Pero, no solo se trata de sustancias químicas. Hay factores que afectan a cada persona, he ahí la razón de por qué en términos de placer podemos ser tan diferentes, y en otras ocasiones: tan parecidos.
- Uno de los primeros factores a tomar en cuenta es el contexto en el que nacemos. El profesor de Neurociencia en la Universidad Johns Hopkins David Linden, que además escribió el libro «El compás del placer», dice que: «A la gente le gustan las cosas con las que crecieron». De manera que, tus instintos de placer te llevarán a recordar tus raíces.
- También está el caso de la belleza. Samir Zeki de la University College de Londres menciona que «Si lo consideras, la belleza es placer, es gratificante, así que forma parte del mismo estado afectivo, de la elación del placer, de satisfacción, de recompensa».
- Es importante saber que el placer funciona en circuitos, de esta forma puede ser respondida la pregunta de por qué hay personas que se vuelven adictas a ciertas sustancias. David Linden explica que estos «circuitos de placer» se activan en el cerebro por estímulos evolutivos antiguos. Por supuesto, esto no es determinante para la persona.
- Sin duda, el cerebro es algo difícil de comprender. Y lo que concluye Linden es que TODAS las personas, con vicios o virtudes, son impulsados por estos circuitos de placer. Es decir que, quien da caridad adquiere placer tanto como un drogadicto.