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El dinero llega y por las mismas se va. Existe algo en el mes que nos supone un gasto no esperado: una celebración de cumpleaños, bautizo, fiesta social o simplemente un feriado. Y bueno, en esas pocas ocasiones en que llegamos bien a fin de mes, nos queremos dar un gusto por nuestro buen comportamiento. ¿Te has puesto a pensar en las consecuencias que acarrean esos gastos? Eso puede que se haga visible cuando tengas una emergencia de salud o un problema familiar. Por ello, se hace necesario evaluar los errores financieros más comunes que debemos evitar.
Los errores financieros más comunes que cometemos sin darnos cuenta
Dejar de hacer un presupuesto: Es el pilar financiero fundamental de cualquier persona u organización, ya que permite planificar y cuantificar los gastos de manera mesurada. Te sirve para estimar los gastos que puedes incurrir y así evitar caer en déficit. Muchas personas olvidan hacer un presupuesto o no saben cómo hacerlo y es el primer paso para mejorar tus finanzas personales.
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Planificaste de manera errónea: Aunque se haga una planificación y presupuesto, no estamos exentos de cualquier contingencia externa y que nos saque del presupuesto. No te preocupes, solo debes estar atento a ello y tener un fondo de emergencia.
Ausencia de un fondo de emergencia: Muchas veces se nos hace fácil hacer consumo excedernos en deudas, especialmente si tienes tarjetas de crédito porque tenemos la creencia de que «el plástico aguanta todo». Para situaciones de sobre endeudamiento o para una emergencia de salud o familiar, es importante tener un fondo de emergencia para cubrir cualquier contingencia.
No planificar las compras de comida: Este rubro debe estar dentro de tu presupuesto mensual, semanal o diario, según sea la periodicidad en que hagas las compras. Ten en cuenta esto: todos los días comes, es un gasto del que no puedes escapar, así que es mejor que lo planifiques.
Pagar solo los pagos mínimos: Si posees muchas deudas con tarjetas de crédito, necesariamente se tendrás que pagar la cuota mínima establecida. Para salir del eterno mínimo, haz un esfuerzo y genera ingresos extras para mermar la deuda existente.
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Priorizar los gastos: Muchas veces se nos hace fácil caer en la tentación de comprar esa camiseta roja o incluso un adorno divino; pero ¿realmente los necesitas? Puede que sea un gusto que te quieras dar y está bien. Antes de adquirirlo analiza si realmente haz cumplido con tus prioridades financieras: gastos del hogar, salud, alimentación, deudas y demás.
No tener un fondo de amortización: Si tenemos algún proyecto en tu hogar, como la remodelación del jardín, debes calcular lo que piensas invertir en ello. Así, con antelación puedes crear un fondo para cubrir el proyecto y no recurrir a préstamos (es decir, adquirir una nueva deuda).
No revisar los gastos bancarios: ¿Cuántas veces nos sentamos a revisar el movimiento de nuestras cuentas bancarias? Aunque sea tedioso y aburrido te ayuda a llevar un control de los pagos que hacemos y del verdadero saldo que podamos poseer en un momento dado. Hazlo al menos dos veces al mes: quincena y fin de mes; así te das cuenta con qué cuentas y puedes reajustar tu presupuesto, de ser necesario.
No fijarse metas financieras: Se hace necesario plantearse metas financieras para un futuro mejor y a largo plazo, como por ejemplo, la jubilación, educación de nuestros hijos, compra de un negocio o franquicia, en este caso se deberá crear un plan de acción que nos permita en un lapso de tiempo establecido conseguir el dinero para cumplir con lo planificado.
Ausencia de metas de ahorro: El ahorro no debería ser lo que te sobre del mes, porque los gastos y deudas estarán en tu vida siempre (mejor o peor manejados, pero siempre). Estos también debes planificarlos. Búscales un propósito a tus ahorros, como un viaje, realizar un curso nuevo, una inversión y plantéate una meta ¿Cuánto ahorraré, en cuánto tiempo, cuáles serán las cuotas mensuales? Ahora mete este rubro en tu presupuesto.
No hablar con tu pareja acerca del dinero: Es importante planificar con tu pareja, en caso de vivir juntos o tener un matrimonio, acerca de los gastos y de los ingresos que puedan obtener, para que de manera mancomunada puedan materializar y generar una economía sana.
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Comparar tu vida con la de los otros: Grave error que cometemos en algún momento de nuestra vida, no solo en el aspecto financiero. Todas las economías personales y familiares no son iguales, si quieres mejorar la tuya amóldala a tus posibilidades y crea un plan para ir creciendo financieramente.
La culpa de dar: No te debes sentir culpable al momento de cumplir con un antojo propio o un regalo para alguien que quieres. Aunque esto afecte a tu chequera o perjudique el presupuesto que habías realizado previamente, hay ciertas excepciones que te puedes permitir.
No ser realista ante la situación: La prudencia es una valiosa herramienta. Se basa en planificar mesuradamente nuestros gastos y estar consciente de la realidad que nos envuelve; no caer en gastos innecesarios que puedan desequilibrar el presupuesto o la planificación que se había realizado.
Haciendo caso omiso de las deudas: Las deudas no pueden obviarse, por el contrario, se deben analizar cuidadosamente para no caer en quiebra. Aunque existen mecanismos para mitigarlas, debemos siempre tener la disposición y la voluntad para hacerles frente.
No adquirir un seguro: ¿Qué pasaría si tienes un accidente o te quedas sin empleo? Para situaciones extremas como estas sirven los seguros médicos, de vida, de desempleo y demás. Aunque pueden verse como un gasto de más, es una valiosa adquisición o una inversión, que nos ayudará a solucionar un problema grave como los antes mencionados.