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El Día Nacional del Mate es un homenaje a la tradición. En países como Argentina y Uruguay el mate es una pasión. Prueba de eso es que el país charrúa con sus solo 3 millones de habitantes es el que registra mayor consumo per cápita del mundo de yerba mate, aun sin producirla, dado que la importan de Brasil y en menor medida del norte argentino.
Al hablar con los habitantes del pequeño país sudamericano, muchos suelen decir que no pueden comenzar el día sin beberlo. Otros directamente andan –casi- todo el tiempo con el termo lleno de agua caliente debajo del brazo y en su mano hábil el mate que es “cebado” una y otra vez.
La pasión es compartida con sus hermanos del Río de la Plata, los argentinos, que han declarado al 30 de noviembre como Día Nacional del Mate.
Una tradición
La tradición de tomar mate se remonta a los guaraníes, quienes lo bebían junto a los fogones que encendían al inicio y al final de la jornada, en los campos de la pampa, en las penillanuras uruguayas o en la zona de Río Grande do Sul, en Brasil.
En Paraguay también se toma mate, pero no con agua caliente, como sí lo hacen en los tres países antes mencionados, sino que ellos lo beben con agua helada; a esta infusión los guaraníes la han llamado “tereré”.
Qué es el mate
Es la infusión hecha con hojas de yerba mate, previamente secadas y molidas, que son colocadas en un mate de calabaza. Se le introduce una bombilla, que no es más que un sorbete metálico; puede ser de alpaca, plata e incluso oro. En esa preparación se vierte el agua caliente y se sorbe por la bombilla.
El líquido resultante es amargo, por lo que muchas personas optan por endulzarlo agregando azúcar, miel, stevia o endulzantes.
Diferencias
El mate se bebía desde la época prehispánica por los indígenas que habitaban en América del Sur y rápidamente fue adoptado por los colonizadores europeos.
En Argentina el agua para el mate se conserva en “la pava”, una caldera metálica. La yerba utilizada por los argentos suele ser producida en el norte del país, en provincias como Jujuy, el Chaco y Salta, y se caracteriza por tener muchos palitos entre las hojas molidas.
Los uruguayos en cambio conservan el agua caliente en un termo –esta costumbre está siendo adoptada por los argentinos- y la yerba mate que suelen usar proviene de Brasil, es más fuerte que la que consumen sus hermanos rioplatenses.
Los barsileños del sur suelen beberlo en una calabaza mucho más grande que las utilizadas por uruguayos y argentinos. Este mate es conocido popularmente como “chupe y pase”, porque los que lo beben lo hacen por sorbos. Uno bebe un sorbo y se lo pasa a quien lo esté acompañando. Sí, higiénicamente puede dar un poco de impresión, pero si hay confianza no hay nada que temer.
En Paraguay el mate no es mate, sino tereré y su característica principal es que se bebe con agua helada.
El lenguaje del mate
Es tan importante para estas zonas el consumo del mate, que hasta han establecido un lenguaje según su característica. Aquí algunas de ellas:
Ensillar el mate
Ensillar el mate es el acto de sacarle un poco de yerba (no toda) y agregarle un poco más. Con esto se logra que el mate mantenga el sabor un poco más de tiempo (si es que uno no quiere volver a prepararlo completo).
Mate del sonso
El mate inicial que se entrega primeramente a una persona en una ronda de mate es llamado mate del sonso (zonzo = tonto) ya que se considera a tal mate como demasiado fuerte y aún sin el gusto o “bouquet” apropiado, generalmente lo toma el cebador mismo, o se lo descarta.
Dar gracias
En Argentina, Uruguay y Paraguay, además de en el sur de Chile, decir “gracias” en el momento de devolver el mate al cebador, quiere decir que ya no seguirá tomando.
Puentear
Es grave ofensa que en una ronda de mate el cebador (y especialmente la cebadora, ya que en las “mateadas” si hay una mujer, se le suele dejar el honor de ser la distribuidora de la infusión) omita o “puentee” a alguien, tal persona omitida o “ninguneada” o “puenteada” o “castigada una vuelta” en el lenguaje del mate es considerada como totalmente despreciada. (En gran parte del campo argentino y uruguayo, se acostumbra a que cebe el mate el propietario del mismo, y no necesariamente la mujer. Se considera ofensivo cebar mates ajenos sin permiso).
Un gesto de rechazo hacia alguien puede ser ofrecer ostensiblemente el mate con la bombilla apuntando “hacia atrás” (en dirección opuesta a quien va a recibir ese mate) para esto existe la expresión gauchesca: «con bombilla hacia atrás pa’ que no volvás».
Mate largo
Se llama “mate largo”, “alargar el mate” o “dormir el mate” cuando alguien retiene por un tiempo relativamente prolongado el mate antes de entregarlo a la persona a la cual le corresponde el turno, es una señal de desdén hacia tal persona. Otro uso que se le da a esta frase es para indicar que el mate tiene poca yerba y mucha agua. En ese caso suele decirse: ¿Intentas de enseñarle hablar?
Mate caliente
Antiguamente, si la mujer ofrecía a alguien un mate caliente —aunque no hirviente— o dulce solía entenderse que esa mujer estaba demostrando amor. Otras formas de expresar el deseo ha sido o es (en algunas zonas se mantiene vigente) el endulzar el mate (en momentos o situaciones en que se bebe amargo), o añadirle ingredientes como el toronjil.
El del estribo
Es el último mate que se le ceba a una persona antes de irse del lugar en donde está la ronda. Del estribo por aquello de subirse al caballo: era el último, antes de subirse al caballo e irse.
Quedarse rengo
Comúnmente existe la expresión “quedar rengo” cuando una persona ha bebido un solo mate, y antes de marchar, desea y pide tomar un mate más para no “quedar rengo”, es decir, un mate para cada pierna.