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¿Cuántas veces nos hemos encontrado con alguien que vive del lamento? O incluso ¿cuántas veces hemos culpado a los demás por todo? si lo hacemos constantemente probablemente seamos una persona victimista, y antes de darles los pasos para dejar ese victimismo, les mostraremos las características de una persona con esta tendencia.
Ser victimista no es lo mismo que ser una víctima: Toda persona que realmente sea objeto de aflicción del entorno es una víctima, pero las/los victimistas son aquell@s que se disfrazan de victimas con el fin de poner al entorno como únicos culpables de sus males, esta tendencia puede desembocar trastornos mentales complejos como el de la paranoia.
¿Cuáles son las características de una persona victimista?
Distorsión de la realidad
Muchas personas tienden a tener pensamientos distorsionados del entorno, algunos psicólogos mencionan que esto se debe a mecanismos de defensa que se encargan de protegernos de cualquier evento que parezca ser demasiado intenso para nosotros. El victimista no escapa de esta distorsión, se considera victima para que el entorno lo visualice como tal y automáticamente los demás quedan como las amenazas directas.
Los pensamientos más comunes son: las culpabilidades, mantener la cognición de que todo les pasa a ellos, que siempre son los afectados y que los demás no entienden su postura; esa es la premisa de esta personalidad.
Lamento constante
Se culpa por todo a los demás para no asumir la responsabilidad de sus acciones.
Autocrítica injustificada
Un ejemplo clásico de este tema:
Una madre manda a su hijo a comprar algo a la tienda, el mismo estaba ocupado jugando un video juego, por lo que el niño responde o piensa “por qué tengo que ser yo” “todo el tiempo me manda a mi” “si supiera lo cansado que estoy” entre otros.
Se pasa largas horas quejándose en vez de reparar un daño o situación específica.
¿Qué pasa si yo soy victimista?
Es muy probable que alguien o algunas personas te hayan mencionado que eres muy quejoso/a o que siempre vives en lamento, si esta es tu situación no te preocupes, no existe persona en este mundo que no posea defectos, lo importante es saber identificarlos y tener la iniciativa de querer mejorar.
« Te recomendamos hacer tu propia Libreta de quejas: Consíguela, apunta y libérate »
A simple vista puedes saber que esta conducta y pensamiento no es sano para tu vida social, familiar ni personal, así que si sientes que eres victimista en este cuento, no dejes de leer las recomendaciones que te dejamos para mejorar tu conducta y que tengas una mejor calidad de vida lejos de los lamentos, que aquí entre nosotros: no sirven de nada.
5 pasos para dejar de ser victimista
Antes que nada es necesario tener la voluntad de querer cambiar y llevar a cabo este ‘programa’ para dejar el victimismo sin quejas. ¡Sí, así como lo lees!.
1. Nada va a cambiar por tus quejas: quizás te haya funcionado en algún momento de la vida, pero eso no durara para siempre y no es sano quejarse para ver cambios, es mejor llevar a cabo soluciones para tener cambios más positivos. Acepta que nada va a cambiar si continúas colocándote como víctima.
2. Repítete “soy el responsable”: no estamos diciendo que eres el responsable de todo lo que sucede en tu entorno -cuidado con esto-; pero sí eres responsable de tu vida, de tus decisiones, de tus acciones, de tus responsabilidades. Nadie más podría tener tu vida, así que hazte responsable de ella de una vez por todas.
3. Quítate el miedo al cambio: mantenerte como una víctima disfrazada solo te hará aplazar el cambio, date la oportunidad de cambiar eventos mínimos primero, luego ve tomando decisiones más complejas hasta que realmente te hagas dueño de tu propia vida.
4. Hay más opciones: las quejas no ven opciones. Las personas victimistas no visualizan una amplia gama de opciones, sino que se repiten una y otra vez lo desafortunados que son, con esta clase de pensamientos nunca saldrás adelante. Así que plantéate nuevas opciones de pensamiento y tenlos bajo la manga, para que cuando regresen las quejas saques tus mejores pensamientos positivos para mejorar tu actitud.
5. Celebra el cambio: Date un recompensa cuando logres tus objetivos. Bríndate una cena, ve a ver una película, porque tú eres importante para ti y -quien sabe- quizás termines apreciándote mucho más que los lamentos que desaparecerán.