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Hay un refrán que dice: “El que escucha consejo, llega a viejo”, y si los países mantienen acciones que privilegian y defienden al adulto mayor, pues entonces dan ganas de llegar a viejos… y a escuchar a consejos.
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Ese es el caso de Ecuador, por ejemplo, en donde cerca de 400 mil adultos mayores han sido atendidos a través del programa Mis Mejores Años y reciben servicios de salud, educación y vivienda. También se entregan bonos a 106.025 ancianos en condición de pobreza extrema.
Sin embargo, es importante destacar que en el país viven 1`200.000 adultos mayores. De ellos, 800 000 no tienen seguridad social.
El presidente de ese país, Lenín Moreno Garcés, anunció hace casi un mes potenciaron la cobertura y servicios sociales de este programa.
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Colombia es otro de los países que prioriza el cuidado de los ancianos. Sin embargo, el enfoque escogido responde a una legislación orientada en impedir el maltrato hacia este segmento.
Una de las acciones que delimita dicho cuerpo legal comprende la tipificación del abandono como un delito, con sanciones a las familias.
También se dispone de atención psicológica por casos de maltrato y programas de apoyo que procuren su bienestar.
Dentro de esta iniciativa se contemplan las campañas de capacitación y sensibilización. De esta manera no sólo se dirigen acciones post maltrato, sino también acciones preventivas.
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En Chile se sigue un modelo similar al ecuatoriano, pues la ex Presidente, Michelle Bachelet, promulgó el proyecto de acuerdo que ratifica la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores.
Dicha convención destaca el cuidado y bienestar al adulto mayor. Eso es posible verlo reflejado en su Artículo 12 el cual trata sobre los servicios de cuidado a largo plazo y se indica que los ancianos tienen derecho a un sistema integral de cuidados que provea la protección y promoción en salud, y cobertura de servicios sociales, seguridad alimentaria y nutricional, agua, vestuario y vivienda; promoviendo que la persona mayor pueda decidir permanecer en su hogar y mantener su independencia y autonomía.
Estos países no sólo están cuidado de la salud y bienestar de los adultos mayores, sino que están agradeciendo la sabiduría que han construido los pilares de la primera sociedad: la familia.