Las reacciones químicas en nuestro cuerpo son las verdaderas realizadoras de nuestra felicidad. Si bien hay causas que desencadenan estas reacciones, llevamos un cuarteto de hormonas de la felicidad dentro que la hace posible y a veces por razones que no imaginábamos.

Ya han tenido el gusto de conocerlas, pero quizá no sabían sus nombres: dopamina, endorfina, oxitocina y serotonina.

Endocrinólogos y neurocientíficos ya las tienen bien medidas, así que ahora gracias a ellos vamos a explicarte mejor cómo accionan estas hormonas de la felicidad a tu favor.

La investigadora Loretta G. Breuning, autora del libro Habits of a happy brain (“Hábitos de un cerebro feliz”), explica que “cuando tu cerebro emite uno de estos químicos, te sientes bien”. “Sería bueno que surgieran todo el tiempo, pero no funcionan así, cada químico de la felicidad tiene un trabajo especial que hacer y se apaga una vez que el trabajo está hecho”, aclara la profesora emérita de la Universidad Estatal de California, EE.UU.

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Dopamina

Se la responsabiliza de los sentimientos que llamamos amor y lujuria, y de paso también de cualquier adicción en la que podamos incurrir, pues es la mediadora del placer. Esto significa que  “tiene más que ver con la motivación y la relación de costo y beneficio, que con el placer en sí mismo”, señala John Salamone, profesor de psicología de la Universidad de Connecticut, EE.UU.

Cuando la dopamina de una persona está baja, no la verás esforzándose por trabajar por un fin. Al contrario, cada vez que se cumple un paso para la consecución de un objetivo, este químico se dispara. No es necesario que sea por amor, pues recibir un ascenso puede liberarla o cosas como encontrar un billete en el bolsillo o un lugar de estacionamiento libre. La mejor forma de elevar la dopamina entonces sería ponerse objetivos a corto plazo y felicitarse por cada pequeña meta cumplida, lo cual liberará a este químico feliz.

Endorfinas

Cuando tienes un refuerzo de endorfinas nada parece afectarte, pues son como una fugaz euforia que envuelve el dolor, como si fuera un analgésico que tu cuerpo te provee.

Una curiosa forma de desencadenarlas es comiendo algo muy picante (de allí que pese a sensación es un condimento muy popular). Otra forma es ver películas tristes, pues se incrementa de manera sorprendente el umbral del dolor, tolerancia y solidaridad.
Y por supuesto actividades como bailar, cantar o trabajar en equipo también significan un aumento en las endorfinas que te hacen temerario. Asimismo, como de seguro te imaginabas, el sexo, la maternidad, hacer ejercicios.

Serotonina

Entre las hormonas de la felicidad, la serotonina tiene mucho que ver cuando te sientes importante. Mientras que cuando te llega la soledad y la depresión es una respuesta química a la ausencia de serotonina.

Uno de los síntomas de la depresión es que las personas no pueden recordar momentos felices. De allí que sea bueno revisar registros como fotos de esos tiempos o hablar con amigos. Otra forma de generar serotonina es exponerse a la luz del sol, recibir masajes y hacer ejercicio físico aeróbico.

Oxitocina

Esta es la hormona que tiene que ver con los comportamientos maternales y los apegos, y procura la vinculación social, que en definitiva es esencial para la supervivencia de las especies. Una forma de procurarse de oxitocina es abrazar, así como dar o recibir un regalo.

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Otras formas de generar hormonas de la felicidad

Hay muchas cosas que se pueden hacer para activar las hormonas de la felicidad, qué tal si practicamos algunas de ellas:

• Juega un videojuego
• Ver a un gatito en la Internet
• Coma un poco de chocolate
• Jugar con tu perro
• Más sexo
• Ver documentales de la naturaleza
• Escuchar música
• Dormir más
• Apreciar más el humor oscuro
• Realizar una pequeña y justa venganza
• Sea amable con los demás por sobre todas las cosas.

Unas pueden parecerte más chévere que otras, pero en algún modo, todas funcionan para liberar estas hormonas.

Fuente: IflsScience y BBC