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La cultura vista como la expresión de los pueblos, sus costumbres y formas de vivir en un contexto específico, ha sido puesta como excusa para mantener muchas tradiciones que las sensibilidades del siglo XXI ya no admiten. Al haber mayor conciencia de que todos, incluidos los animales, tenemos derechos a sentirnos seguros y libres de agresiones en cualquier situación, resulta chocante saber que hay lugares, donde colocan como acto cultural la mutilación, lapidación, vendajes deformatorios e incluso la muerte.
La discusión es larga, los taurinos no ven por donde la elegancia y braveza del torero al pasar la capa sobre un toro, para luego de una variedad de banderillazos, con una espada matarlo, sea un acto cruel. Converse con ellos y le dirán que eso es arte. Se les podrá mostrar fotos de cómo se ablanda al toro antes de la faena y dirán que es mentira y un atentado a la cultura. Que los toros de lidia nacieron precisamente para eso y matarlos con dignidad es hacerlo precisamente en una plaza de toros.
En el mismo planeta, hay una tradición que se llama el Giro del Burro, en una localidad de Bulgaria, donde se cuelga a un perro a unas cuerdas, antes se le había taponado el ano y dado mucho de comer, para que al colgarlo y presionarlo y ya libre su ano, pueda echar las heces sobre la concurrencia y mientras más lejos lleguen mejor será la cosecha. Dicen que se va erradicando, pero no termina de hacérselo. Hay quienes piensan que es cultura. Como cultura mezclada con religión catalogan al velo de las mujeres llamado hiyab; como cultura es la matanza de ballenas en Islas Faroe por jóvenes daneses para demostrar que son adultos. ¿Es válido que la cultura sea un peligro para algunos seres vivos?
En ese marco, hay algunas tradiciones que han sido prohibidas o modificadas, comprendiéndose de que más que cultura son muestras de crueldad.
Toro de la Vega
Desde principios de siglo XX ya hubo voces para que en la ciudad de Tordesillas (Valladolid) deje de lancearse y matarse al llamado Toro de la Vega, que se soltaba el segundo martes del mes de setiembre de cada año desde el siglo XV. Este animal corre por la vega del Duero acosado por lanceros montados en caballos quienes intentan darle la estocada que lo fulmine. El “héroe de la fiesta” era quien le haya dado la última estocada. Ahora ese pueblo quiere salirse de ese estigma de muerte innecesaria, de la muerte como diversión y la autoridad regional ha prohibido las lanzas y la muerte del animal. La fiesta sigue, pero al suprimirse dichos elementos se entiende que hay un renacer ético en dicha cultura…porque al fin y al cabo la cultura no es estática.
Leblouh, obligadas a engordar para ser feliz en el amor
En estas épocas de campañas de aceptar los cuerpos y su belleza, más allá de no cumplir los cánones convencionales (en Occidente la delgadez), podría considerarse a Mauritania un precursor, pues allí se consideró tradicionalmente que las niñas y mujeres más gordas son las más atractivas. La entrada masiva de la televisión y el internet ha variado en algo ese concepto. Y no suena mal… si no fuera que al procurar ese ideal de belleza muchas veces se obligó a las niñas a engordarse, comer y comer, a lo largo del día. Esta tradición conocida como Leblouh, implica que desde los cinco años las niñas deben consumir cantidades enormes de comida, de ser necesario provocarse vómitos para seguir ingiriendo alimentos (lo cual en Occidente con la proliferación de la anorexia y bulimia ocurre pero para no engordar). Según la tradición mientras más tamaño tiene una mujer, mayor espacio ocupa en el corazón de su marido. Las autoridades han tratado de erradicar esta situación, si bien persiste en algunos puntos.
Los gallos de Guarrate
En otro sector de España, llamado Zamora, los muchachos pasaban a ser hombres tras montarse a caballo y punta de espada ir descuartizando gallos colgados en la plaza. Esta práctica ha sido prohibida.
Podrían ser muchas más las tradiciones «culturales» vetadas, una búsqueda sencilla en internet nos revela cómo hay tradiciones que nos asombran por su crueldad… No obstante, al ver noticias a diario, a veces uno se pregunta si precisamente la cultura de la gente se basa en la crueldad y la agresión, por tanto estas tradiciones no son más que desfogues naturales al ser «humano».