Compartir
Pixar se aventuró a lo más adentro de nuestro subconsciente para traernos un mundo fantasioso, pero a la vez totalmente creíble: Intensa Mente (o en inglés «Inside Out»). Esta es la nueva película de Disney Pixar, hecha por los mismos creadores de «Up».
El filme nos lleva a la mente de una niña llamada Riley, en la que habitan cinco emociones que controlan de alguna manera, la vida de esta niña. Las cinco emociones son Alegría, cuya voz es interpretada por Amy Poehler, Temor (Bill Hader), Desagrado (Mindy Kaling), Tristeza (Phyllis Smith) y Furia (Lewis Black).
Las emociones viven en una especie de centro de comando donde van guardando los recuerdos asociados con emociones. En sí, el concepto de la película nos pareció fascinante.
Cada vez que Riley genera un nuevo recuerdo (pequeñas esferas de luz), estos van llegando al cuartel para ser almacenados, pero hay recuerdos más importantes que otros, llamados «pensamientos centrales». Son los que forman las llamadas «islas de personalidad» que tiene cada persona y que los hace quien son. El concepto de las islas de personalidad es bastante interesante, son como parques de atracción y mientras se mantengan activas significa que la persona está bien.
El subconsciente, según Pixar.
Los problemas llegan el primer día de clases cuando accidentalmente Tristeza toca un recuerdo de alegría y lo convierte en triste. ¿Un poco confuso no? Este juego que crea Pixar entre la «realidad» y lo que pasa en tu cabeza es lo que te mantiene en total atención. A simple vista Riley está pasando por un momento duro, pues se mudó de su casa de la infancia en Minnesotta a una no tan bonita en San Francisco y esto le generó nostalgia, pero dentro de su mente existe un conflicto enorme entre las emociones y esto provoca que Alegría y Tristeza peleen y accidentalmente terminen en los laberintos del subconsciente, una especie de librería donde se almacenan todos los recuerdos de Riley. El problema aún más grande es que se llevaron con ellas los «pensamientos centrales» y Riley no puede volver a ser quien era antes.
Sin Alegría y Tristeza, Riley cambia totalmente su forma de ser, pues las únicas emociones que quedan para controlarla son Desagrado, Temor y Furia, que también conocemos en otras palabras como «pubertad». Las tres emociones no pueden sentir algo diferente a lo que son y poco a poco Riley se convierte en alguien hostil, desconfiado y solitario.
La mayor parte de la película se desarrolla en el regreso de la Alegría y la Tristeza al centro de comando, en donde nos damos cuenta que ambos sentimientos no pueden existir estando separados el uno del otro.
Intensa Mente nos da una lección diferente de vida y es que vivimos en un estado constante de equilibrio. Sin Tristeza y Alegría nos quedan otras emociones que son difíciles de controlar. Existen lágrimas de felicidad y las sentimos viendo esta genial película de Disney Pixar.
¿Ya viste Intensa Mente? ¿Lloraste? ¡Cuéntanos en los comentarios!